pista de atletismo de Segovia
Basilio ha completado los 42 km en 21 días. El que fue el ‘Corredor Escoba’ del MAM y actualmente sufre una apoplejía que le paraliza la mitad del cuerpo
El 28 de marzo se cumplieron tres semanas desde que Basilio García diera la primera zancada del peculiar maratón que ha tenido por delante. Su planteamiento ha sido simple, recorrer dos kilómetros al día durante 21 jornadas hasta sumar los ‘42′ de la carrera reina del atletismo. Fácil reto si no fuera porque Basilio sufre las consecuencias de un infarto cerebral que paralizó parte de su cuerpo. En aquella zancada inicial Basilio no tenía claro si su cuerpo aguantaría tantos días y kilómetros. Lenta pero implacablemente, 21 días después lo ha conseguido. Con sabor amargo por la impotencia de no poder ‘correr’, pero con la enorme satisfacción de completar un maratón más en su carrera por la Vida. Ni las contracturas, ni la nieve que uno de los días cubrió la pista de atletismo le han doblegado.
El que fuera un apasionado corredor ‘asfaltero’ y de montaña, no se rindió tras el ictus apopléjico que paró en seco su vida personal y deportiva. Tres largos años de sesiones rehabilitadotas y del esfuerzo añadido de quien sabe soportar la disciplina deportista, le han permitido recuperar, centímetro a centímetro, parte del movimiento de los miembros afectados. Hace meses, cuando logró cubrir su primer kilómetro en 15 minutos, tuvo la idea de volver a enfrentarse a la que había sido su carrera preferida, la maratón, y a ello se puso. «Será un maratón rehabilitador», comentaba. Los que conocieron al personaje en su época de corredor saben que Basilio es un tipo duro de roer, de los que no tiran la toalla nunca. Y así lo ha vuelto a demostrar.
No le han faltado apoyos ni seguidores en estos 21 días de kilométrica suma. Los principales han sido Esperanza, su mujer, y Simón y Alberto, sus hijos, que también son grandes deportistas. Además, amigos y familiares han estado a su lado animando a cada vuelta cumplida en la Pista de Atletismo Antonio Prieto, de Segovia. A diario, cronómetro en mano, Concha Carretero, su ‘liebre’ personal, le ha marcado los ritmos previstos clavando cada parcial de 400 metros. Raúl García, cinco veces campeón de España de Carreras por Montaña, y Javier Guerra, reciente subcampeón de España de Cross, han sido sus padrinos en el kilómetro cero y en el 42.
Otro apreciado deportista, José Pedro Galarza, organizador del Marathon Alpine Galarleiz, viajó desde Bilbao con su amigo Roberto para no perderse la entrada por meta de Basilio. «Estamos emocionados de lo que hoy hemos visto aquí, del ejemplo que Basilio nos está dando a todos», comentó mientras escoltaba a Basilio en una de sus cinco vueltas a la pista. Por su parte, el campeonísimo Raúl García dedicó unas nobles palabras a su paisano: «La figura de Basilio es la figura del corredor humilde, el atleta sencillo; el que quizá no sale en las revistas, el que no acapara las fotografías, pero el que siempre estuvo ahí: lloviera o nevara; con frío o con calor. Su penúltimo proyecto es un homenaje a todos los que, desde la sombra, como él, como Basilio, son incombustibles. ‘Forever Young’, Basilio. Como diría tú admirado Bob Dylan».
En este último día de reto, a pesar de ser laborable, Basilio tuvo en cada metro una incondicional comitiva a su lado, en la que no faltaron varios de sus compañeros del Club Tierra Trágame. «Seguramente en pocas ocasiones se ha sentido tanta emoción asistiendo al esfuerzo de un deportista en la pista de atletismo de Segovia», aseguraba su sobrino Felipe. Los 195 metros finales, la distancia oficial del maratón, se convirtieron en un cerrado aplauso de admiración y homenaje a quien ha sido capaz de reinventarse para seguir deportivamente en activo.
Basilio, además se había propuesto bajar de las 10 horas y media en el cómputo total de tiempos. Al paso por el medio maratón, en la jornada número 11, tan solo tenía a su favor 47 segundos y, como los grandes fondistas, pudo rematar la segunda media en menos tiempo. Finalmente el crono sentenció 10h22’32». Completar el bautizado como ‘Maratón más lento del Mundo’ no ha sido una empresa fácil. Recorrer esos dos kilómetros cada jornada le dejaba agotado. Gracias al trabajo de los fisioterapeutas Teresa García y Daniel Bravo todo ha sido más llevadero. «Han sido mis mecánicos», bromeaba Basilio.
Una vez cruzada la improvisada línea de meta, que contaba con arco y cronómetro, unos amigos del restaurante segoviano La Postal, encabezados por Ignacio, hermano de Basilio, se encargaron de ofrecer, a dos palmos del propio tartán, un potente «avituallamiento» a base de judiones de La Granja, tortilla de bacalao y copa de vino. Pocas carreras cuentan con semejante despliegue organizativo y gastronómico. Por si el último parcial de Basilio no hubiese sido sobradamente emotivo, todos los presentes cantaron el ‘cumpleaños feliz’ al padre de Basilio, quien ese mismo día cumplía 91 años copa de vino en mano.
Cuando preguntaron a Basilio a quién dedicaba su personal ‘Maratón más lento del Mundo’, la respuesta fue inmediata: «A Esperanza, mi mujer, a ella le debo todo desde el día que sufrí el infarto». También quiso apostillar: «Me sentiré muy satisfecho si este modesto reto deportivo sirve a quienes padecen una situación similar a la mía… para que no se rindan ante la adversidad… porque en la vida hasta el último minuto y hasta el último metro todo es lucha por la dignidad».