28-05-2023

CSP / MiM: REGRESO AL PASADO

Tres años después de la última edición “normal” del gran día de Penyagolosa Trails y seis meses después de haber podido celebrar la que debiera haber sido la edición 2020, el reloj se puso en hora con una celebración totalmente pre pandemia que resultó, además, de las más duras de su larga historia.

 

CONTRA EL VIENTO

Es frecuente hablar de ediciones históricas tras la celebración de un evento, sea acertada la valoración o no (generalmente no). Pero esta vez, la décima edición de la CSP y la vigésimo tercera de la MiM serán recordadas principalmente por dos razones: el regreso (esperemos) a la tan esperada normalidad y por haber sido una de las más duras que se recuerdan en cuanto a las condiciones de carrera.

Una normalidad marcada por la ausencia de protocolos covid y con una feria como las de antes con la vida social en las horas previas a la carrera que todos echábamos en falta, viendo las caras a casi todo el mundo.

Ambiente relajado, con mascarillas a elección personal, en la entrega de dorsales y la feria.

Los días previos al evento, la presencia de nieve en el Penyagolosa estaba presente en boca de todos, no por la nieve en sí: estaba claro que el sol de abril iba a dar buena cuenta de ella, si no por las condiciones de barro y agua que los corredores se encontrarían en el terreno, con arroyuelos que en otras ediciones se cruzaban en un solo paso convertidos en ríos en los que pasar sin mojarse era tarea imposible, y en los que la organización se vio obligada en algún caso a reforzar la seguridad.

La noche, con la salida de la CSP, empezó tranquila y, en cuanto a temperatura, fue mucho más suave de lo previsto, aunque amenizada con algún intenso y corto chaparrón de madrugada que iba a representar el acto inicial de un día que iba a ser soleado pero muy duro gracias a un intenso viento que arrancó, como de repente, con las primeras luces del sol y que acompañó a los presentes toda la jornada. Un viento de una intensidad poco habitual y particularmente frío que, no sólo incluso ponía en jaque la estabilidad de los corredores en algún caso, si no que aportaba una sensación térmica muy baja a pesar de la presencia, en general, del sol. Así, del mismo modo que en las zonas expuestas al viento la piel dolía, en las zonas a sotavento la mayor parte de la ropa sobraba.

El avituallamiento de Collao, un lugar alto y particularmente expuesto en el que el viento obligó a mover la carpa varias veces y a afianzarla con piedras. Estarían allí hasta bien entrada la noche…

Pero aquí la medalla se la llevarían – como debería ser a menudo – los voluntarios que aguantaron todo el día, allí plantados, el envite de un vendaval despiadado que obligó en algunos casos (Collao, por ejemplo) a cambiar varias veces de lugar la carpa, hasta encontrar alguno en el que pudiera resistir las frías y constantes ráfagas de viento que no cesaron en toda la jornada. Con todo lo que tenían puesto (chaquetas, guantes, gorras…) aguantaron para dar soporte a los corredores que, a pesar del frío, pasaban con la caldera en marcha protegidos por sus ligeros cortavientos. Un saludo – con reverencia – a los voluntarios.

Desde el punto de vista deportivo, a pesar de las condiciones, tanto CSP como MiM figurarán entre las más rápidas de su historia.

Primeros kilómetros de la CSP. Tras Borriol Namberger ya pasa afianzado en una primera posición que no abandonará.

La primera con un resultado que prácticamente se decidió en los primeros metros en los que Hannes Namberger se hizo con una posición de líder que no abandonó hasta la meta, dominando con una autoridad insultante durante todo el recorrido y convirtiéndose en el primer corredor que baja de las 11 horas en la CSP (10h49:46), por delante de Dani Jung y Mark Darbyshire. En mujeres, Eva Mesado dominó la noche pero fue superada de madrugada por Eli Ríos, estableciendo las posiciones que se mantendrían también hasta una meta que Ríos cruzó en 13h56:19 y Mesado veinte minutos después. Por detrás de ellas, ya con mucha diferencia, entró Claire Heslop.

Marta Molist (MiM), perseguida por Mònica Vives, cerca de Les Useres. Más adelante, Mònica cedería su segunda posición a Gema Arenas.

En la MiM el ritmo fue durísimo con un final marcado por 24 segundos de diferencia, que son los que Kevin Vermeulen(5h20:15) le sacó a un pletórico Aritz Egea que está dejando claro que se encuentra cómodo en estas distancias y que mantuvo un emocionante duelo con Vermeulen quien, en los últimos tres kilómetros se destacó lo justo para hacerse con la victoria. Por detrás de ellos, Anders Kjarevik entró con cuatro minutos de diferencia. Esta segunda posición le valió a Egea la victoria en el Campeonato de España RFEA, donde compartió podio con Borja Fernández y José Ángel Fernández.

En mujeres, Marta Molist (6h19:08) se impuso con autoridad por delante de Gema Arenas que tuvo que conformarse con la segunda posición a pesar de haber rebajado su marca. Tras ellas, Mónica Vives entró en tercera posición y completó el que también sería el podio femenino del Campeonato de España RFEA.

Cerca de Les Useres, un riachuelo que habitualmente se salta en un paso…

Un evento memorable celebrado – como en la canción de Bob Seger – contra el viento, y bajo el paraguas de una organización ejemplar a la que acompañan unos voluntarios que hacen suya la carrera y la viven como el que más.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Texto y Fotografías: Quim Farrero

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