Artico
A 30 grados bajo cero sobre el hielo flotante del Océano Glacial Ártico el irlandés Gary Thornton y la británica Fiona Oakes se hacen con en el Maratón del Polo Norte
Con la climatología a favor, los 50 corredores procedentes de 21 países que esperábamos en la isla noruega de Svalbard, embarcamos en un avión Antonov ruso con destino a la Base Polar Barneo. A nuestra llegada la Base se situaba a unos 37 kilómetros del los 90ºN (Polo Norte Geográfico) con un movimiento a la deriva de unos 12 kilómetros al día. Una vez allí, el grupo de atletas nos integramos junto a científicos que atendían sus investigaciones y expedicionarios que iniciaban o finalizaban travesías polares tirando de pulka (trineo de carga) o con trineo de perros. El objetivo de los corredores era competir a lo largo de un trazado de 42 kilómetros en el «congelador» de la Tierra, encima de una descomunal plancha de hielo en movimiento bajo la que se abren 4.000 metros de abismo oceánico. Lugar tan «poco recomendable», como apasiónate, para correr un maratón.
Al contrario que en ediciones anteriores, este año no hubo participación de corredores españoles. Mi presencia el maratón se debía a que la organización, Polar Running Adventures, me propuso realizar el recorrido en la modalidad de esquí nórdico, a modo de test, de cara a la primer North Pole Ski Marathon del próximo año. Desde luego la experiencia sobre los esquís fue formidable en mitad de este desierto de nieve y bloques de hielo, abriendo huella en paralelo al itinerario de los corredores. Utilicé material de esquí Salomón. Se trataba de mi segunda visita al Polo pues en 2007, junto a Juan Antonio Alegre -‘Chinotto’- participamos en este maratón y unas horas después en otro maratón en BTT. También traía el encargo de someter a prueba real varias prendas deportivas de la marca española SoloClimb, con resultado final plenamente satisfactorio y recomendable, principalmente por su transpirabilidad, ligereza y capacidad de aislamiento.
Como cada año, desde 2002, la Asociación de Exploración Polar de Rusia había levantado en los primeros días de abril su temporal Base Polar Barneo sobre el Océano Glacial Ártico, en las inmediaciones del Polo Norte Geográfico. Se sitúa entre los 89 y los 90 grados Latitud Norte dependiendo de la dirección en que las corrientes marinas muevan la costra de hielo flotante. En contraste con las bases polares de La Antártida, construidas de manera permanente, la Base Barneo del Ártico tiene que ser montada y desmontada cada temporada debido al continuo e imprevisible movimiento de la costra de hielo flotante (varios kilómetros al día), al infierno climatológico y a la noche polar que dura la mitad del año. Tan solo tres semanas es mantenida en pie.
La instalación la iniciaron una decena de paracaidistas lanzados con un par de tractores quitanieves, desde un Ilyushin 76, con los que prepararon la pista de aterrizaje del Antonov 74 encargado de trasladar a las expediciones científicas, deportivas o de visita al lugar más al norte del planeta. Primero desde la ciudad de Murmansk (extremo noreste de Rusia) y luego desde Longyearbyen (archipiélago noruego de Svalvard) fue transportado todo lo necesario mediante helicópteros (a relevos) y aviones. La Base se compone de cómodas y calientes tiendas de campaña, incluida una tienda comedor-cantina, junto a la improvisada pista de aterrizaje alisada por los tractores.
Los favoritos no dieron opción a sorpresas
Pronto el grupo de atletas más fuerte tomó la cabeza de carrera hasta que el mercurio, el terreno y los kilómetros fueron definiendo el podium final. Como se esperaba, el irlandés Gary Thornton (mejor registro personal en maratón de asfalto 2:17) y la británica Fiona Oakes (mejor registro personal en maratón de asfalto 2:38) se hacían con la carrera. Después de 3:49:29 de lucha contra la gélida temperatura el irlandés completaba los 42 kilómetros de madrugada, mientras que la británica (tercer puesto absoluto en meta) paraba el crono en 4:53:09, nuevo record femenino. En esta edición los corredores bregaron duro con largos tramos de nieve azúcar profunda, lentos para correr. Las grandes montoneras de bloques de hielo, resultantes de la presión de las planchas de hielo, hicieron del sinuoso trazado un escenario increíblemente atractivo. 45 fueron los finisher.
Especialmente emocionante fue la llegada a meta del chaval francés Erwan Michel, de 14 años, quien cubrió el maratón andando y acompañado por su padre, después de que éste llegase segundo en el maratón. Tras doce horas de pateo su entrada en meta hizo botar a la Base Barneo al completo.
Finalizado el maratón y tras unas horas de descanso en las cálidas carpas de la Base, dos helicópteros rusos MI8, reciclados de la guerra URSS-Afganistán, trasladaron a los corredores al punto que el GPS marcaba los 90 grados de Latitud Norte. En ese momento a unos 25 kilómetros de la Base. Allí, en compañía de la tripulación rusa tuvimos la posibilidad de rodear el eje de rotación terrestre, el que atraviesa imaginariamente el globo terráqueo desde el Polo Sur hasta el Polo Norte, con solo caminar unos cuantos pasos en círculo. Tampoco faltó Vodka para la celebración.
Las emociones no dieron respiro. De regreso a la Base Barneo el helicóptero recibió una llamada de SOS de un expedicionario ruso que con su trineo de perros regresaba de alcanzar el Polo Norte. Una mala maniobra le había hecho caer en una grieta a mar abierto, con lo cual su equipo mojado le ponía en una situación difícil. Una vez localizado le facilitaron un mono térmico y bebida caliente. Abrazos y fotos despidieron al viajero polar antes de que siguiera su solitario periplo… Si pensábamos que correr un maratón en el Polo Norte era una gran «aventura», en la cara de ese ruso encontramos la verdadera dimensión de la palabra.
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Sueños árticos
La actividad humana fue continua durante los tres días que permanecimos en la Base Barneo. El veterano piloto-explorador Art Mortvet aterrizó con una pequeña avioneta Cesma 185 en su intento conseguido de alcanzar los dos Polos por aire. Los exploradores Viktor Simonov y Hedor Konyukhov iniciaron una larga travesía en sus trineos de perros con intención de unir los 90ºN con la punta sur de Groelandia. La Expedición Elaguina Basil de vehículos especiales para travesías polares cruzó por el Polo Norte en su ruta desde la zona ártica de Rusia a la de Canadá. Un grupo de Greenpeace inició la caminata desde la Base Barneo al Polo Norte con la misión de depositar en el fondo marino una ‘cápsula del tiempo’ que contiene 2,7 millones de firmas pidiendo la declaración de un santuario internacional en las aguas del alto Ártico. Los representantes de los Estados miembros del Consejo Ártico, que posteriormente participaran en la Conferencia Internacional ‘Garantías de la seguridad ecológica en el Ártico’, también recalaron en la Base.
Y finalmente, tres corredores del North Pole Marathon 2013 (de Alemania, Hungría y Líbano) cerraron aquí su ‘Grand Slam Marathon’. Para lo cual es preceptivo competir en pruebas de maratón o ultramaratón en los siete continentes del planeta y el Polo Norte. La lista de corredores que han sellado el exigente circuito geográfico y deportivo suma 74. Entre ellos cinco españoles, los madrileños Juan Antonio Alegre ‘Chinotto’ y Miguel Caselles, el vitoriano Jorge González Matauco, el segoviano Luis Alonso Marcos y, recientemente, el asturiano Fernando González. Actualmente varios españoles más tienen como objetivo sellar el Grand Slam Marathon. Sumando maratones y ultratrails en lugares del mundo que merece la pena conocer.