Andreu Simon (Sant Vicenç dels Horts, 1991), no necesita mucha presentación: es uno de los corredores más solventes de los últimos años, de los pocos con un índice de rendimiento (tanto UTMB como ITRA) por encima de 900. Solvencia contrastada. Pero su faceta deportiva está vinculada también a un diagnóstico – la diabetes – que, a pesar de condicionar sus estrategias de carrera, es evidente que no le ha supuesto un obstáculo insalvable. Voluntad, perseverancia y mente analítica – además de unas capacidades físicas remarcables – le han llevado, a pesar de todo, a la élite del trail. Un ejemplo a seguir.
«NO QUIERO SER ABANDERADO»
Vienes del fútbol, pero decides dejarlo y empezar a correr con el diagnóstico ¿Por qué?
No fue un solo hecho desencadenante si no un cúmulo de situaciones. Era adolescente, jugaba al fútbol, me diagnostican diabetes y por aquel entonces mi tío corría por montaña, iba en bici… y me descubrió un entorno nuevo que me vino bien como contrapartida a un mundo lleno de normas vinculadas a la enfermedad en el que me vi metido. Salir a correr me proporcionó una libertad que, de alguna forma, se me había arrebatado. Ahí no tenía instrucciones de nadie, podía subir, bajar, ir volver… sin dar muchas explicaciones. En ese momento esto me vino muy bien, me dio oxígeno. Fui evolucionando y conociendo gente; hablamos de hace unos quince años, el mundo de las carreras por montaña era muy diferente. Me gustó el ambiente, muy diferente al del fútbol y me enganché. Por un lado, me aportaba esa libertad, pero por otro el aprender a apañármelas sólo cuando tenía, por ejemplo, una hipoglucemia en la montaña, sin que saltaran todas las alarmas que habitualmente saltaban en mi entorno cuando tenía una crisis. Eso me daba bienestar personal y me fui enganchando. Por aquel entonces había pocos referentes, casi no había redes y recuerdo fotografías en vuestra revista de Kilian casi rapado corriendo, o de Quico Soler, Agustí Roc… Con la familia había ido muy poco al monte.
¿Te molesta que tu nombre como deportista se asocie siempre a la diabetes?
No, pero no quiero que la diabetes me dé más nombre del que mis resultados puedan darme. Estoy donde sea en una clasificación como corredor, no como diabético. Yo, a pesar de que obviamente me condiciona, no lo vivo como algo realmente limitante en mi vida. Por otro lado, creo que es bueno dar voz al tema y divulgar lo que se pueda, no todo el mundo lo vive como yo y, tal vez, mi punto de vista ayude. Pero no quiero ser abanderado ni aprovechar la situación a mi favor. Si estoy hablando contigo quiero que sea por mis resultados.
Para que podamos entenderlo ¿Qué sientes cuando tienes una crisis en carrera?
Cuando estoy en hipoglucemia (nivel de glucosa bajo) la sensación es de pérdida de fuerza y de coordinación; corro y tropiezo fácilmente, sensación de temperatura alta, hambre (mucha) pérdida de visión incluso. Cuando estoy en hiperglucemia (nivel de glucosa alto) me hierve la sangre. Puedo correr, pero ardo por dentro. Si sucede entrenando, bajas el ritmo hasta que se suaviza la sensación, pero en carrera es diferente y se puede complicar bastante. Son situaciones que van “in crescendo”, no es de golpe, ni una ni la otra, pero en cuanto tienes la sensación, es que ya estás en ello, no puedes evitarlo, pero puedes intentar que no vaya demasiado lejos, aunque hay siempre un tiempo de recuperación.
¿Tú eres el único que puede hacer algo al respecto? ¿O otra persona (corredor) puede ayudarte de alguna manera si se da la situación?
Si yo no estoy consciente (una hipoglucemia puede conducir a un coma diabético; nunca me ha pasado) la única solución es un inyectable que tiene que estar guardado en la nevera, con lo cual nadie no especializado puede hacer algo. Pero sí que me ha pasado, después de un entreno exigente unido a un error de cálculo con la insulina y después de unas horas durmiendo, despertarme muy desorientado al punto de confundir la puerta de un armario con la del baño. En esta situación sí que se puede hacer algo suministrando azúcar (a poder ser líquido) y, sobre todo, hablando lo mínimo y dando el mínimo de instrucciones para evitar confundir aún más. De cara a un tercero, una hiperglucemia es muy fácil de ocultar, porque es una sensación. Pero en una hipoglucemia es distinto, sobre todo si conoces a la persona porque detectarás antes una conducta extrañamente lenta.
Tienes alguna anécdota en carrera vinculada a la administración de insulina ¿No?
En las carreras por montaña se me conoce más y la gente no se sorprende, pero en una maratón de asfalto un corredor me increpó cuando me vio inyectándome con el boli de insulina. Una anécdota. Si que en montaña recuerdo una situación en la Lavaredo UItra Trail en la que entré en crisis y me había quedado sin geles. Le pedí ayuda a Hannnes Namberger – no nos conocíamos – le expliqué qué me sucedía. Hannes me ayudó y se portó como un gran compañero. Desde entonces tenemos una excelente relación. Él ganó y yo quedé segundo. Fue un gesto muy noble ayudar a tu perseguidor a pocos kilómetros de la meta. En el mundial de Portugal, hace unos años llegué muy justo a meta porque, con ritmos más altos, no dio tiempo a los geles que me había tomado a hacer efecto. Llegué haciendo eses.
¿Siempre llevas insulina encima cuando corres?
Ahora sí. No siempre la he llevado, pero ahora sí. Ahora llevo un chip en el brazo que envía información cada cierto tiempo a una aplicación en el móvil sobre mi nivel de glucosa. Antes tenía que ir pinchándome antes de la actividad, por ejemplo, y a veces acertaba y otras no. Ahora es todo más fácil y más preciso, pero la experiencia previa me ha facilitado conocerme más y poder prever. Creo que mi mejora deportiva también está asociada a esta posibilidad de controlar más acertadamente mis niveles de glucosa. Mi cambio a la ultradistancia también está asociado a la diabetes: los ritmos más lentos y los tiempos más largos me facilitan el control de las reacciones de mi cuerpo y los errores son más fáciles de gestionar. En carreras rápidas no hay tiempo. En una carrera larga, sea cual sea el motivo, todos tendrán una pájara en un momento u otro.
¿Te han puesto alguna vez inconvenientes para inscribirte en una carrera?
No. Ahora hay cada vez más carreras que te piden que indiques si sufres alguna enfermedad tipo diabetes, pero está más orientado a la posibilidad de reaccionar más acertadamente en caso de crisis (rescate, accidente…), pero nunca me han pedido nada especial ni me han puesto inconvenientes.
Más allá de tus peculiaridades, no hay duda de tu competencia deportiva, incluso en temas de gestión ¿No?
Si, de hecho, trabajo como responsable de gestión deportiva en un ayuntamiento. Yo quería ser bombero, pero hasta no hace mucho, la diabetes era motivo de exclusión. A raíz de esto hice lo que entonces era INEF, y descubrí que donde me encontraba más cómodo era en la gestión deportiva: mientras estudiaba organicé un club de baloncesto y una escuela de atletismo y tenía mucha relación con ayuntamientos. Esto me gustó y hace unos años hice oposiciones a técnico de deportes del ayuntamiento de Sant Sadurní d’Anoia y gané la plaza. Hasta dentro de unos días en que empezaré una excedencia para dedicarme de lleno a mi carrera deportiva durante una temporada. Hasta ahora todo ha sido a costa de mi vida personal y familiar. Quiero probar un tiempo la posibilidad de centrarme en mi familia y mi carrera deportiva. A ver cómo va. De momento será un año y medio y luego, ya veremos, no me quiero poner fechas, no sé cómo irán las cosas, necesito vivirlo. Habrá que valorar cómo va todo, como llevo la presión de tener que hacerlo bien… Al fin y al cabo, por bien que te prepares sólo gana uno. No sé si mi motivación se mantendrá en el tiempo, si podré aguantarlo cinco años que es lo máximo que puedo estar en excedencia. Me gustaría ser como D’Haene (François) que compite un par de veces al año y vive de este deporte. Se que hay mucho detrás, pero sería un poco el objetivo, el modelo a seguir.
Como deportista patrocinado ¿Te sientes presionado en algún momento?
He pasado fases. Mi mundo no es el digital. Yo empecé a correr sin móvil ni redes. Salía con un “Casio” que sólo daba la hora. Me voy poniendo al día, pero soy bastante arcaico en temas digitales. Si salgo a correr, salgo a correr, y el móvil para emergencias, no me sale parar a medio entrenamiento para hacerme una foto o un vídeo. De todos modos, varias veces me he tenido que comer declaraciones del tipo “esto no lo haré nunca”. Sin redes viviría más relajado. Entiendo que en, un momento dado, a una marca le interese más un comunicador que un deportista de élite, pero tengo que decir también que desde Asics siempre me han dicho que a mí se me contrata como atleta. Asics ya tiene una partida destinada al perfil de comunicador. Yo me puedo centrar en correr. Y desde Buff, mi otro patrocinador principal, tampoco he tenido nunca presión al respecto. He rechazado ofertas por no tener que incidir demasiado en redes. Mi trabajo es correr.
Empiezas 2024 con Transgrancanaria ¿Y el resto?
Me gusta tener las ideas claras sobre qué voy a hacer. Por parte de mis patrocinadores, Asics y Buff, no hay presión, pero está claro que el mercado nos lleva a ciertos compromisos: agosto en Chamonix. Algo que hasta no hace mucho no me suponía un gran problema pero que ahora me cansa un poco. Pero está claro que como marca hay que ir. No hay que explicar mucho más. A parte de esto, tengo libertad total. No soy de cambiar el calendario una vez decidido. Las grandes de este año serán Transgrancanaria, Val d’Aran by UTMB, Chamonix y, tal vez, Ultrapirineu por cuestiones más personales. Soy consciente de que Val D’Aran y UTMB (CCC) quedan demasiado cerca, por eso no tengo claro cómo estaré después para Ultrapirineu. Mi idea, además, es bajar un poco el ritmo después de Transgrancanaria, pero seguro que caerá alguna cosilla en medio, algo de prueba. Soy muy analítico y me gusta saber en qué momento estoy, que quiero hacer y cómo me tengo que dosificar.
¿A qué carrera le harías un hueco en tu calendario?
Hay algunas carreras que me gustaría correr algún día… Mt Fuji porque me gustaría ir a Japón, la Western States me gustaría prepararla bien, desde allí y, finalmente, UTMB. Creo que, haciendo estas tres carreras con un resultado satisfactorio para mí, me sentiré satisfecho por lo que respecta a mi rendimiento deportivo. Hecho esto me gustaría poder enfocar mi carrera deportiva desde otro punto de vista, con proyectos más personales, volver a Carros de Foc, por ejemplo.
¿Volver a Carros de Foc?
Me lo he planteado, pero necesito madurarlo. Volveré seguro, pero para mí. Un día – o varios para prepararlo – pero para mí, sin fanfarrias. Me haría ilusión bajar de las nueve horas. Sin demasiado ruido. Fui una vez y no me quedé del todo satisfecho, contento, pero no satisfecho, porque la inexperiencia me llevó a cometer varios errores que tengo claros, tanto de estrategia como de trayecto. En cualquier caso, no será fácil encontrar el momento de forma. He vuelto a Carros de Foc dos veces, pero de excursión, con la familia.