Bernat Clarella (Barcelona, 1959) fue candidato en las últimas elecciones a la presidencia de la FEDME en las que finalizó el largo mandato de Joan Garrigós y en las que fue elegido presidente Alberto Ayora. Tres años después, Clarella – con una amplia experiencia en el mundo federativo – vuelve a presentar su candidatura para las próximas elecciones que se celebrarán a primeros del próximo 2025.
«HAY QUE REVERTIR LA SITUACIÓN ACTUAL»
Tu ya tienes experiencia en el mundo federativo…
Si. Mi vinculación con el mundo federativo empieza siendo yo muy joven cuando Joan Garrigós entra en la federación catalana y cuenta conmigo para temas de seguridad. Más tarde pasé a ejercer de director técnico hasta que, finalmente, llegué a presidir la federación catalana. Al mismo tiempo, cuando Joan Garrigós accedió a la presidencia de la federación española, trabajé también con él en temas de seguridad y fui el primer director técnico profesional de la FEDME hasta que abrí mi distribuidora y pasó a ocupar el cargo el malogrado Manel de la Matta. Todo esto compatibilizado con mis tareas de bombero en el GRAE (grupo de montaña de los Bombers de la Generalitat). También trabajé en temas de formación de guías, estuve en la escuela española (ENAM) y fui el responsable de los equipos de escalada en hielo y posteriormente de esquí de montaña. Toda mi vida en la montaña ha estado vinculada al mundo federativo, y dirigir la federación catalana (FEEC) fue una excelente escuela; es una federación muy grande que en 1997 era un tanto anacrónica en ciertos conceptos y nosotros modernizamos en muchos aspectos, reformulamos la revista Vèrtex, creamos la web, le dimos un carácter más deportivo a la federación… desde ese momento la federación catalana no ha parado de crecer y hoy en día tiene una capacidad de gestión admirable. Fue una gran experiencia, en la que aprendí a tratar con gente muy diferente en una federación con una carga política importante que había que gestionar, cuando a mi lo que me interesa es, básicamente, la parte deportiva, competitiva o no. Pero hay que aprender a gestionarlo todo. Lo aprendido me ha servido para muchas cosas en mi vida.
¿Por qué vuelves a presentarte ahora?
Yo ya tengo la vida solucionada, estoy jubilado y tengo lo principal resuelto, la presidencia de una federación no es algo “que necesite”, pero creo que hay que revertir la situación actual. Pienso que hay un legado histórico, concretamente el de Joan Garrigós, que merece un reconocimiento y pienso que a mí la montaña me lo ha dado todo, un oficio, el de bombero, con el que he podido vivirla en todas sus facetas: vinculado a ella he creado una empresa en la que he distribuido material de montaña… me ha dado la vida y es lo que le he enseñado a mi hijo. Tal vez, en un momento como este no estaría de más intentar devolverle algo al mundo de la montaña. Además, me están llegando muchas muestras de soporte de toda España.
¿Qué quiere decir “revertir la situación actual”?
En mi opinión hay dos temas importantes. En primer lugar, definir qué concepto de federación queremos. Yo pienso que la federación de montaña es una federación deportiva en la que hay que restablecer la paz social. Hay que volver al entendimiento entre los componentes de la federación. Soy de los que piensan que hay que debatir, discutir para alcanzar resoluciones y llevarlas a término. Discutir es bueno, es de donde salen las ideas. En la actualidad hay un enfrentamiento muy importante abierto entre la junta de la FEDME y su presidente y algunas de las presidencias de las federaciones autonómicas, provocado por la manera de pensar y de actuar y la visión que el vigente presidente tiene de lo que es una federación. Esto ha provocado que algunas federaciones autonómicas importantes no quieran saber nada de la FEDME, con enfrentamientos constantes por cualquier motivo. Y esto afecta al federado, porque si en un momento no se puede celebrar una competición porque no hay entendimiento entre federaciones, el que lo paga es el deportista. Esto es lo que realmente me preocupa. Restablecer esta paz social implica tener un presidente capaz de hablar con todas las federaciones. Todos somos montaña, y la FEDME debería ser una federación de federaciones, entendiendo las idiosincrasias de cada una y aportando soluciones para el bien común. Coordinar no es enfrentarse, es comprender al que no piensa como tú. Hay que escuchar y ser conciliador. El tema de los refugios – del que hablaremos más adelante – es una consecuencia importante de todo esto. Muchos presidentes autonómicos me dicen que la forma de actuar de la actual presidencia de la FEDME no es la que esperaban, y más en un mundo de la montaña que viene de una cultura en la que la libertad de acción es importante. Hay que entender que los deportes de montaña tienen una filosofía diferente a otros deportes y eso el organismo que dirige ese deporte tiene que entenderlo.
El otro tema es el económico. Es un tema capital. Se pueden proponer ciertas acciones y, si la asamblea lo aprueba, pues bien. Eso es lo que hizo Alberto Ayora y una asamblea lo aprobó, pero con un “voto delegado” que antes no existía, que no está claro que estatutariamente sea correcto, y con el que, si alguien no puede ir a la junta, delega su voto para que el destinatario lo utilice como quiera. Esto implica que alguien pueda disponer de varios votos delegados y que se aprueben propuestas con una cantidad de voto delegado importante. Yo pienso que quien tiene interés por votar tiene que acudir a la asamblea, el “voto delegado” no debería existir. En cualquier caso, este plan estratégico es aprobado, pero tiene un coste, y se ejecuta sin tener en cuenta ese coste, con la excusa de que está aprobado y, si se crean déficits, pues nada, “es el plan estratégico”. Un buen gestor, una vez aprobado un plan estratégico, tiene que valorar cómo se ejecuta y ver si hay dinero para hacerlo. Y se va haciendo a medida que se puede. En la FEDME hay un fondo de reserva que la última junta dejó en un millón ciento treinta y ocho mil euros ¿Para qué sirve este dinero? Pues para si las cosas van mal en un momento dado, poder pagar sueldos y gastos ineludibles para mantener la federación mientras se buscan soluciones, sirve también para avanzar el dinero necesario para realizar actividades hasta que no llegan las subvenciones del CSD (Consejo Superior de Deportes). No entraremos en si esa cantidad era mucho o poco para un fondo de reserva, pero es lo que había. El hecho es que, en 2021, la gestión de la actual junta crea un déficit de doscientos ochenta y ocho mil euros. El siguiente año, se hace otro presupuesto y se crea un déficit de trescientos setenta y ocho mil euros. El cierre del año 2022 deja el fondo de reserva en cuatrocientos setenta y un mil euros. Ahora hay que ver en junio el cierre del año 2023, en el cual volverá a haber un déficit probablemente por encima de los doscientos mil euros. En tres años se han comido un millón de euros. Este dinero es necesario para asegurar el funcionamiento de la FEDME, además, un gestor – y más cuando el dinero no es tuyo – tiene que cuadrar los números, estatutariamente no se puede generar déficit. Puntualmente, el CSD puede aprobar una desviación, que es lo que se toleró el primer año. No sé qué pasó con el siguiente. Pero si cada año se generan déficits de este volumen habrá que poner en duda las capacidades de gestión de ese equipo, tanto más cuando ese déficit no ha generado un retorno en forma de más federados o lo que sea.
¿En qué se ha ido este dinero?
En temas ordinarios de gestión del día a día, en contratos, en pagar a mucha gente que antes no cobraba, en un cambio de logo que se ha hecho de una forma totalmente personal sin consultar a la asamblea… Dicho sea de paso, yo entiendo algo de marcas y, antes un cambio, se hace un estudio de evolución del logo, eso de entrada. Cuesta mucho crear una marca y no te la puedes cargar así como así. Y con esto no estoy diciendo que no fuera necesario renovar el logo anterior, pero con ese estudio y con participación de la asamblea. Un buen gestor debe saber gastar lo que tiene, no lo que no tiene. Este es un tema capital. No se puede gestionar una federación si no se es capaz de equilibrar un presupuesto. Mientras presidí la FEEC hacía cada mes un control presupuestario con el vicepresidente y el gerente. Y aunque la asamblea te diga que puedes tirar con el plan estratégico, hay que saber cuándo se puede y hasta dónde. Y si el plan va más despacio, no pasa nada. Lo que no se puede hacer es culpar luego a las federaciones autonómicas diciendo que tienen licencias de ámbito nacional y que esto ha mermado tus ingresos, porque esto ha sido siempre así: el federado siempre ha podido elegir habilitar su licencia o no. Lo que pasa ahora es que la relación con las autonómicas es nefasta y no promueven la habilitación FEDME. Hace tiempo se hicieron unas encuestas de las que se extrajo que la gente se federaba por tres razones básicas: el seguro, los refugios y la pertenencia a un colectivo. El tema seguro lo ofrecen las autonómicas y el tema refugios ahora mismo está como está.
¿Y cómo está?
Desde hace tiempo el resto de federaciones se vienen quejando de que la FEDME no aporta nada al comité refugios. La FEDME llevaba los refugios al convenio de reciprocidad internacional y a partir de éste los federados FEDME podían ir a otros refugios en Europa con ventajas de federado. De ahí salía un balance del cual se retornaba un dinero si tenías refugios o pagabas si no tenías (simplificando). De forma que la FEDME recibe un dinero por refugios que no son suyos. Desde las autonómicas siempre se ha solicitado dotar un fondo a partir de las licencias para dar soporte a uno de los principales gastos de esas autonómicas que tienen refugios, como la federación aragonesa o la catalana, que invierten muchos recursos en el mantenimiento de sus refugios. Cuando presenté mi primera candidatura, proponía hacer un convenio en el cual la FEDME ayudaba a estas federaciones y clubes que tienen refugios, pactando unas condiciones por las cuales la FEDME aportaba una cierta cantidad de dinero. Al margen de solicitar un plan nacional de refugios al CSD. Yo no salí elegido y esto no se puso en marcha, y al cabo de un año hubo algunas federaciones que decidieron sacar sus refugios del convenio de reciprocidad (la FEEC ya no estaba en el convenio internacional) con lo que la FEDME no puede disponer de ellos y se creó una asociación – la asociación de Correspondencia de Refugios – en la que la aragonesa, la catalana, la navarra y la asturiana se asociaron abriendo al resto de federaciones la posibilidad de unirse con la cuota correspondiente para que sus federados disfrutaran de las ventajas pertinentes en los refugios, sólo Castilla y León y Andalucía no se unieron, que tienen un refugio cada una y que son los que la FEDME puede ofrecer en su convenio de reciprocidad. Pero los federados de esas dos federaciones, aun pudiendo disfrutar de las ventajas a nivel internacional, no pueden hacerlo a nivel nacional. Esto es una mala pasada para el federado que, además, se enteraba de esto en el momento de ir a pagar ¿Para qué necesito la habilitación FEDME si no me sirve en los refugios? Y esto se ha notado. Menos habilitaciones son menos ingresos. Dejando aparte que pienso que como FEDME tienes que tener un compromiso con las instalaciones deportivas que dan servicio a tus deportes.
También hay que tener en cuenta que el perfil de usuario de la montaña está cambiando, no todo es el uso de refugios, por ejemplo.
Naturalmente, ese es otro de los puntos, Hay que revisar qué se ofrece en una licencia, hay que trabajar en posibilidades más específicas. Hay mucha gente que quiere hacer una cosa en concreto, escalar en rocódromo por ejemplo y no le interesa demasiado hacer otras, como simplemente escalar en roca o usar unas raquetas de nieve. Hay que abrirse a otras fórmulas de federado. Cuando estuve en la FEEC había tres compañías de seguro diferentes y era muy complicado decidir cómo federarse, y esto lo simplificamos con el sistema que sigue aún vigente. Ponerlo fácil implicó un aumento significativo de federados. Eso habría que revisarlo otra vez, abrirlo aún más. Es una cosa que quiero poner a debate con el resto de federaciones. La FEDME siempre había ido creciendo de forma constante en federados hasta ahora, que vamos atrás, hemos pasado en poco tiempo de casi ciento veinte mil a ochenta mil. Es mucho dinero y esto se repercute en el deporte. Antes la FEDME daba un dinero a los centros de tecnificación autonómicos de las diferentes especialidades y esto se eliminó hace un año porque no hay dinero, o el dinero se gasta en otras cosas… Pero no hay que perder de vista que, para crear una selección española nos nutrimos de los atletas que salen de los centros de tecnificación, de esos deportistas que forman las autonómicas, en algo habrá que colaborar ¿No? No me parece muy ético lo que se está haciendo ahora. La FEDME debería colaborar, más allá de su trabajo que es coordinar, algo que no se puede hacer si te estás peleando con todo el mundo, si planteas la FEDME como una federación más que entra en competencia con las otras no vamos bien.
Hablemos un poco de carreras por montaña y la RFEA…
En 1997 desde la FEEC empezamos ya a trabajar con las carreras por montaña. Nos patrocinó FILA, la marca de la que después derivaría la actual ISF, la federación de Skyrunning. Era una tendencia de actividad en montaña que había que tener en cuenta. Empezamos a potenciar esto del mismo modo que lo hicieron otras federaciones de montaña. Empieza a haber una cantidad significativa de gente que corre por la montaña, la montaña es nuestro terreno, por tanto, los acogemos en nuestras federaciones. La FEDME hizo lo mismo. De aquí nace la estructura actual de homologación de carreras, reglamentos, circuitos y competiciones. A pesar de los diferentes nombres que se le quiera poner – trail, carrera por montaña, ultra… – hay una cosa básica, y es que la montaña es lo que condiciona la actividad, con más o menos altitud, más o menos técnica, pero la montaña. Aquí la ISF planteó unas condiciones para describir el correr por montaña que en muchas partes no se pueden cumplir, por morfología del terreno, por altitud, por tecnicidad, lo que no quiere decir que correr por la montaña en lugares que no cumplan esas condiciones específicas no sea correr por montaña. Con todo esto la RFEA ha visto que hay un crecimiento importante de corredores que van más allá de lo que para ellos es un cross y, lo que es más importante, con un gran potencial de corredores a nivel nacional e internacional. La federación de atletismo es una federación potente de alguna manera y, en una decisión nunca vista, el CSD decidió conceder el mismo deporte a dos federaciones intentando diferenciar conceptos como “trail” y “carreras por montaña” o “carreras de montaña”, cuando las federaciones de montaña llevaban veinticinco años trabajando el tema. El CSD decidió en ese momento esconder la cabeza bajo el ala y empezaron los problemas, algunos de los cuales están actualmente en procesos judiciales. La RFEA se ha aprovechado de todo lo hecho por la FEDME a lo largo de estos años porque ha visto que hay un nicho de mercado que quieren para ellos. No se en qué situación se está ahora mismo, porque la actual junta tampoco explica mucho del tema – habrá que buscar la forma de enterarse -, pero yo pienso que correr por la montaña es una actividad de las federaciones de montaña, como el esquí de montaña, que no es de la federación de esquí, es de la de montaña. Ahora mismo, además, en algunas federaciones los corredores de montaña federados representan un porcentaje importante. No hemos trabajado tantos años para que ahora nos quiten de un plumazo lo que hemos hecho. Las carreras de montaña tienen unos condicionantes muy diferentes de los que se gestionan en otro tipo de pruebas deportivas, y eso lo saben las federaciones de montaña.
En algunas carreras no se ha conseguido el reconocimiento de la FEDME para, por ejemplo, respaldar una retransmisión televisiva…
Del mismo modo que se han peleado con casi todas las federaciones, también lo han hecho con algunas organizaciones o con los comités de carreras por montaña o de raquetas: este año no ha habido Campeonato de España de raquetas en una prueba que era campeonato del mundo por no entenderse con la organización. Se están dejando de lado eventos de calidad que podrían dar prestigio internacional ofreciendo la mínima (o nula) colaboración. Es absurdo tener un evento internacional y no aprovecharlo para hacer una doble competición y celebrar también un campeonato nacional. Del mismo modo que en esquí de montaña han tenido malentendidos con las federaciones autonómicas y las organizaciones y ha salido un calendario nefasto con algunas pruebas cerradas a última hora. En escalada otro tanto. Antes, se podía hacer mejor o peor, pero todo esto no pasaba, este desbarajuste asociativo no existía. Tenemos un español vicepresidente de la ISF (Rogelio Macías) y no lo estamos aprovechando. Es importante tener representantes españoles en organismos internacionales, pero siempre con sentido común. Cuando Alberto Ayora fue elegido, yo estaba en el “Council” de la Federación Internacional de Esquí y tuve que dimitir por presiones para que hiciera más por el país en un puesto en el que se requería neutralidad en muchos casos, y esto forma parte de su carácter poco conciliador que lo único que consigue es crear malestar. O conmigo o contra mí. Yo en mi junta quiero gente que no piense como yo y, a poder ser, que sean mejores que yo. Esto obliga a contrastar ideas y a ponerse las pilas para dar la talla. Hay que aprender a escuchar.
En su momento no conseguiste el soporte de muchas de las autonómicas ¿Cómo está ahora el tema?
Una asamblea la componen diversos colectivos (presidentes de federaciones, algunos deportistas, árbitros…). Algunas federaciones que no me dieron soporte en su momento hoy están a mi lado y, de hecho, son las que me han impulsado a volver a presentarme. Con este soporte y el de muchos clubes que se han puesto en contacto conmigo y que no están satisfechos con la situación actual, los números son otros. Y espero que la conciencia de alguna otra gente más próxima a Alberto Ayora haga que, viendo lo que hay, dejen de darle soporte. Y hay que considerar también que, cuando en una asamblea se votan unos presupuestos deficitarios, es tan responsable quien lo propone como quien vota. Se puede llevar a la FEDME a una quiebra técnica, cuando era una de las federaciones más saneadas del ámbito deportivo español. Pocas federaciones han disfrutado de esa buena gestión económica en el pasado. De hecho, y a pesar de los “votos delegados” y de los votos “de compromiso” en una de las últimas asambleas ya perdió la renovación de los estatutos – algo de lo que también hay que hablar -, pero en las próximas elecciones habrá una asamblea nueva que se formará el dos de diciembre, sin gente comprometida con él y teniendo en cuenta que, a día de hoy, aún no ha dicho si volverá a presentarse o no.
¿Qué hay que decir de los estatutos?
Los estatutos hay que cambiarlos por imperativo de la nueva ley del deporte y porque hay que actualizarlos. Se inició un proceso de renovación de estatutos que ha desembocado en un cambio total de esos estatutos, sin contar con nadie, sin hacerlos, como es preceptivo, de forma participativa. Unos estatutos que, a quince días de la asamblea fueron presentados, con numerosas contradicciones con la mencionada ley del deporte, con intromisiones en las competencias autonómicas, claramente inclinados a sus intereses… No se aprobaron. Hay un informe de abogados y presidentes de federaciones detallando punto por punto los errores de esos estatutos, y dicen que en junio los quieren volver a presentar… ¡Sin cambiar una coma! Y todo viene por el carácter de una persona. Como presidente de una federación, hay que aprender a estar a buenas con todos. Y no es fácil. Alberto Ayora está a la greña con todo el mundo, con el comité de árbitros, con el de esquí de montaña, con el de escalada… Se ha cargado a gente muy válida que estaba trabajando en la FEDME, y de malas maneras. Un ejemplo es el anterior gerente, Lluís López, al que se despidió cuando lo más práctico hubiera sido pactar una salida hasta su jubilación en la que pudiera hacer un traspaso de poderes decente con su sucesor. De acuerdo o no con su gestión, su trabajo era honesto y no te puedes comportar como un déspota con gente que ha dado décadas de su vida por un proyecto. Hay que ser generoso. Se ha pagado un coste muy alto de potencial humano en la FEDME y habría que recuperar todo lo posible de ese potencial: esa gente es fundamental ¡Y lo hacían bien! Durante el presente mandato, además de los que han sido despedidos, más de cincuenta personas han dimitido de sus cargos. Sé que me voy a encontrar una federación devastada. Muchas cosas tenían que ser reconducidas o, a mi entender, cambiadas, renovadas, pero no era necesario destruir la FEDME para crear una nueva. Y esto se hace paso a paso y en connivencia con los diferentes sectores. Por ejemplo, hay que hacer que el comité de árbitros sea más independiente, porque su trabajo es serlo, deberían autogestionarse dentro de la federación. Y eso, por ejemplo, no se está haciendo. Ahora en escalada, como no hay dinero, ha aparecido el tema del “copago”. Se selecciona a chavales jóvenes – que los hay muy buenos – y es la familia quien corre con los gastos de los viajes. Pero ¿Y si mi chaval vale, pero yo no puedo costearlo? ¿Qué hacemos? Esto no debería ser así, es discriminatorio. Y esto pasa hoy en día en la FEDME. Para esto no hay dinero, pero dos vicepresidentes han tenido que dimitir porque además de serlo, tenían otro cargo remunerado en la FEDME, y eso es estatutariamente incompatible. Sin mencionar a gente que, formando parte de la junta, no estaban ni federados, cuando esto es imperativo. Hay una demanda de las federaciones autonómicas en manos del TAD (Tribunal Arbitrario del Deporte) con una extensa lista de anomalías de la presente junta.
¿Cómo se recuperan esas habilitaciones que se han perdido?
Comunicando. La gente tiene que saber qué se hace desde las federaciones más allá de competiciones y deporte de élite. Se arreglan caminos, se marcan, hay refugios… hay muchas cosas que se hacen desde las federaciones, en nuestro caso la FEDME, que hacen mejor la vida del federado en la práctica de su deporte. Hay que entender que, el aporte extra de habilitar una tarjeta federativa no es porque sí.