José Irurozqui “Iru” (Madrid, 1981) es uno de los mejores “camera runners” el momento. Ese antiguo slogan francés del Renault Fuego “La voiture qui roule plus vite que son ombre » (el coche que va más rápido que su sombra) que, a su vez parafraseaba el anuncio del personaje de comic Lucky Luke (“el hombre que dispara más rápido que su sombra”) podría ser aplicado a Iru como “El hombre que graba más rápido que el mejor”. Apasionado de lo que hace, Iru ha sabido redirigir su pasión por el correr (muy rápido, por cierto) hacia una salida profesional brillante.
MÁS DE UNA VEZ ME HE IDO AL SUELO CON LA CÁMARA
Más allá de tu carrera como deportista y guía, tu imagen está vinculada actualmente al concepto “camera runner” ¿Cómo llegas hasta aquí?
En los inicios del trail de este siglo, empezaron a salir buenos vídeos por internet que a mí me fascinaban. Siempre estaba esperando que pareciera algo nuevo, y más adelante, en muchos, salía Biel (Ràfols) por ahí. Años más tarde, opté por un dorsal para Zegama y no pudo ser, pero ese mismo año Biel me dio la opción de correr el vertical y después le ayudara a grabar el domingo en la carrera. Esto era 2019. A raíz de eso, con una cámara de esas de acción y un gimbal que tenía yo en casa empecé a practicar con los colegas. Llegué a la cita súper nervioso. El vertical fue bien y el domingo en una reunión me dijeron que me fuera al pico Aratz a esperar a Kilian y a perseguirlo. Imagínate. Vaya compromiso. Salió un vídeo fantástico, probablemente el mejor que he hecho. Y en lugar de un dorsal, me ofrecieron volver a grabar en otras ediciones.
¿Estabas ya en Salomon?
Digamos que colaboraba con ellos en la zona de Madrid. Ya tenía el título de Técnico Deportivo en Montaña y hacía algunas cosas. Pero aún no estaba con ellos; ejercía como guía de montaña y lo complementaba con algún que otro trabajo para sobrevivir: me pasé un año y medio compaginando todo eso con un trabajo de noche; empezar como autónomo es complicado. Había días que eran muy duros, y había que compaginarlo con la familia, pero era para algo que me gustaba y lo llevaba bien. Hasta que llegué a poder dedicarme sólo a esto y corté con lo de la noche.
Pero hay también detrás una carrera deportiva a tener en cuenta; un índice UTMB de 790 no es despreciable…
¿A tanto está? Hace tiempo que no lo miro, y ahora compito muy poco. A mí me gustaba mucho el fútbol. Y me gustaba correr. Tenía un entrenador muy aficionado también al atletismo y supo motivarme. Correr fue ganando protagonismo y un día mi entrenador me presentó a “un tal” Ramiro Matamoros, un gran atleta muy peculiar que, para mí, se convierte en una especie de padre deportivo. Son esos años que andas un poco despistado y él supo dirigirme y yo le hacía caso en todo lo que me decía. En tres años logro que estuviera en un estado de forma excelente. Pasé de que se me diera bien correr a empezar a obtener resultados. Estamos hablando de asfalto. Por aquel entonces entro a trabajar en una tienda Bikila, vendiendo calzado deportivo de un modo muy personalizado. Por otro lado, mi padre era un amante del campo y la montaña y me contagió eso. En un momento dado me di por satisfecho con lo que había hecho en asfalto y la montaña me llamaba mucho. En 2012 después de unos 10K de Laredo un sábado, tenía en casa para estrenar unas S-Lab Wing como las que llevaba Kilian y el domingo me fui al monte con los colegas. Ahí corté. Empecé a cogerle cada vez más vicio al tema. Estuve en Bikila hasta 2017 y siempre me había motivado el tema de formarme en montaña. Me gustaba ir con grupos y siempre he pensado que si haces algo lo tienes que hacer bien, así que cuando dejé Bikila, tenía algo de tiempo y me saqué la titulación. En un año hice los dos bloques de media montaña, que era lo que me interesaba. Ahora me viene bien en algunas actividades con Salomon cuando se montan jornadas de test, etc.
¿En qué tipo de pruebas te sientes más cómodo como corredor?
En carreras rápidas y no excesivamente técnicas es donde puedo hacerlo mejor. 20, 30 kilómetros… Es más que nada por el tipo de entrenamiento que puedo hacer, tanto por trabajo como porque soy muy anárquico con mis actividades. Actualmente, mi preparación tiene como finalidad simplemente estar en buena forma. Eso me evita lesiones y me permite hacer bien mi trabajo y afrontar un calentón puntual si es necesario. Por otro lado, me gusta el concepto ultra pero no se me da bien. Para mí un podio en un ultra sería un sueño. He corrido Cavalls del Vent y las distintas versiones de Salomon Ultra Pirineu, y he hecho de todo, en algunas he acabado bien y en otras he acabado en la ambulancia (oyendo cómo entraba Emelie Forsbegr en meta además…) Pero la idea de ponerme una mochila y empezar a trotar sabiendo que tengo por delante todo el día en la montaña me gusta mucho. Pero hay que entrenarlo a conciencia.
Con la cámara ¿Dónde te sientes más cómodo?
Como digo con Biel, nos compenetramos muy bien. Lo mío es el llano y las subidas. Lo técnico para él. Ahí no tengo problema, me siento a gusto y me da para abrir gas si es necesario. Bajando sufro más, no se si por miedo por la cámara o por mí. En cambio, Biel es muy bueno bajando.
¿Un corredor que te lo haya puesto especialmente difícil?
¡Uf! ¡Mogollón! No se… Con Kilian ese primer año, después del Aratz cogí al grupo de corredores que venía detrás hasta Sancti Espiritu y de allí atajé hasta el último collado para volver a atrapar a Kilian y bajar con él. En cuanto entramos en el bosque hay un salto de piedras importante, y ahí me di cuenta de qué pasta está hecho él, porque aún hoy sigo analizando el vídeo y no se cómo lo hizo, dónde pisó. Él pasó con dos saltos y yo me quedé ahí parado. He tenido también dificultades con Merillas en alguna bajada o, sin ir más lejos, en la última edición de Gorbeia Suzien, en una de las primeras bajadas te das cuenta del nivel de algunos corredores en estos terrenos. Más de una vez me he ido al suelo con la cámara, por suerte sin consecuencias (aunque algunos revolcones los recuerdo…).
¿Dónde te gustaría trabajar?
El tema “Western” (Western States) me gusta, me parece una dinámica popular… Pero por otro lado no sabría decirte, a pesar de que a veces, cuando se repite el calendario apetecería renovar un poco. El año pasado colaboré con las Golden Trail Series, les gustó el trabajo y este año me ha propuesto más carreras, además de las que ya hago con Evasión TV. La verdad es que estoy muy contento (y nervioso). Además, cada vez puedo trabajar con mejor material y esta vez Pep Cuberes, de las Golden, incluso me ha propuesto formarme para poder hacer más cosas (editar, imágenes de recurso…) Estoy muy motivado. Esto además me abre una puerta cuando lo de camera runner se acabe. Me veo siguiendo con esto y con mi trabajo en márqueting de Salomon. Por otro lado, sigo corriendo, pero mis años de alto rendimiento han pasado. Me sigue apeteciendo, pero también tengo responsabilidades, muchas de ellas en fin de semana. Trabajar con la cámara me ha permitido ver el correr desde otro punto de vista que me gusta. Pero si tengo dorsal, sigo siendo súper competitivo… Y hay cosas que sigo teniendo pendientes, como una MiM en condiciones. En su día la corrí saliendo de trabajar a las ocho y media de Madrid, llegando a Castelló las dos de la mañana y levantándome a las cinco para correr. Hice noveno a pesar de pillar un pajarón considerable a media carrera. Las cosas no se pueden hacer así. Es un lugar al que tengo mucho cariño porque siempre me han cuidado muy bien.
Cuando sigues a un corredor ¿Tienes que seguirlo hasta un punto? ¿Mientras puedas? ¿Cómo se planifica esto?
Depende. Por ejemplo, cuando se graba para televisión, con radiofrecuencia, depende de coberturas. En Ultra Pirineu, hacía todo el tramo llano de la cima del Niu de l’Àliga y parte de la bajada, y luego volvía a subir hasta el punto de inicio y vuelta a empezar. Ahí se hace el Top10 de chicos y, después a por las chicas. En otras carreras, te pueden marcar un punto de inicio y, a partir de ahí, nosotros ya vamos jugando con el terreno. Se intenta estar lo máximo con los primeros, más o menos, según el terreno. A lo largo del día a veces salen bastantes kilómetros, hasta 20 o 30 y más de 2.000 positivos acumulando series. Es el día de calidad. Las pulsaciones van por las nubes…Y a veces pasan cosas… tenemos un grupo con los colegas de trabajo y a veces el montador nos pasa cortes de esos en que estás reventado te equivocas de botón y te grabas a ti mismo mientras estás preparando el gimbal entre “serie y serie”. Salen cosas divertidas.
¿Grabar desde delante? ¿Desde detrás?
Si el terreno es medianamente bueno, desde delante. Y ahí puedo abrir gas y puedo ir más rápido que ellos porque sólo voy a hacer un tramo. Cuando se complica el terreno o veo que puedo estorbar, me pongo detrás. Las imágenes desde delante son más bonitas, pero si no puede ser, me pongo detrás y ya se irán escapando.
Se me ocurre que desde delante debe ser complicado mantener el encuadre…
Depende de la cámara, pero con las de más calidad es diferente. De hecho, entrenamos para esto; yo de tanto en tanto me voy a correr con mi hijo y practico grabándolo. A final le tienes cogida la posición al brazo y calculas qué encuadras sin mirar. Incluso cambiando la cámara de mano como el año pasado en Zegama con Merillas (y salió bien). A veces aprovecho la compra para entrenar con la bolsa. Entre cámara y estabilizador un par de kilos están, y hay que mantener el brazo en posición mientras se corre. De hecho. he tenido problemas puntuales de sobrecarga en el brazo, con fisio o un par de semanas parado. Las carreras se acumulan y los brazos de cargan.