19-09-2024

ENTREVISTA: MIGUEL HERAS

Miguel Heras (Béjar, 1975) es un personaje unánimemente querido en el mundo del trail. Es así. Aunque suene a tópico, aquí se cumple lo de «gran corredor, mejor persona».  Miguel es un tipo tranquilo, siempre lo ha sido, pero ahora lo es con ese extra que proporciona la experiencia, un activo que, por desgracia, solo suelen valorar como toca los que lo poseen. Cordial, buen conversador, tuvimos la fortuna de entrevistarlo para Revista TRAIL hace ya una década, y en casi dieciocho años ya, sólo hemos repetido entrevista con otro personaje, pero es que, honestamente, no hay muchos que tengan más que decir una vez ya han dicho lo que debían. Miguel tiene mucho que aportar, no sólo desde el punto de vista deportivo (esta temporada ha quedado claro); pocos corredores tienen la perspectiva que él puede aportar al mundo del trail, por longevidad deportiva como corredor de élite y por haber sido uno de los componentes del mejor equipo de trail que, hasta ahora, ha visto la historia: Heras, Jornet, Karrera y Castanyer son cuatro apellidos a los que el mundo del trail debe mucho. Y, de una forma u otra, todos tienen aún mucho que ofrecer. Escuchemos al maestro.

“Para mejorar hay que meter la pata.”

¿Te extraña esa sorpresa, a causa de tu edad, por tus resultados deportivos?

Por un lado, lo entiendo. En otros deportes, siendo mucho más joven que yo, ya se está fuera de circulación, pero por otro lado me sorprende que a partir de una cierta edad sea necesario remarcarlo constantemente, siempre está el latiguillo de los años que tengas. De todos modos, tampoco hay que perder de vista que, para la mayoría de deportes, la mía es una edad en la que no se suele estar por delante, pero eso no quiere decir que no te puedas plantear competir, porque cada uno compite a su nivel. Competir no implica estar en el podio. A veces creo que se me pregunta demasiado, y creo que me sale de ojo porque yo tengo buenas sensaciones, y si las tengo ¿Por qué no voy a estar ahí dándolo todo? Ya llegará el bajón cuando sea, pero ahora mismo no se le espera.

Con  todo lo que llevas a tus espaldas (o piernas) ¿Hasta qué punto la experiencia es un activo?

Tiene mucho que ver, sobre todo a la hora de cometer menos errores, eso está claro. Yo soy muy refranero (“Hombre refranero, hombre puñetero”) y dicen que “Sabe más el Diablo por viejo que por diablo”. La experiencia suple esa posible bajada de nivel que puede estar relacionada con la edad. Con mi edad he cometido errores hasta aburrir, he metido la pata en carreras muchas veces. Si eres capaz de asimilar esos errores, con los pies en la tierra, y poder utilizar lo aprendido en otras carreras, eso ayuda mucho, no sé cuánto, pero sí sé que mucho.

La Salomon X-Race (2007) marca el inicio de Miguel en el trail.

Hace diez años nos dijiste que seguirías corriendo mientras pudieras. Parece que eso sigue así ¿No?

¡Claro! No tengo un objetivo económico, ni de obtener títulos. No tengo una meta que marque el “ya tengo lo que quería, lo dejo”. Aunque algún día se me acaben las ganas de competir, no creo que deje de correr. Es lo que me gusta. Correr para entrenar es lo que me mueve, la competición es una consecuencia. Cuando no pueda correr andaré rápido, y cuando no pueda andaré más lento, y cuando realmente no pueda, pues ya está. Mientras la salud me dejé correré, y mientras los ánimos me acompañen, competiré.

Pero seguirás teniendo ilusiones… También nos dijiste que te quedarías en paz con el UTMB cuando corras uno con buenas sensaciones, acabes tercero o trigésimo…¿Eso sigue así?

Ahí sigo teniendo una espina. Pero no a nivel de conseguir un puesto (Miguel tiene una segunda posición en el UTMB de 2013 N. de la R.) Lo que me gustaría es poder ir a esa carrera tranquilo, sin obsesión. Creo que llegó un punto en el que iba obsesionado, y eso me llevó a cometer muchos errores. Quizá por la presión, quizá porque fui acumulando ediciones sin encontrar lo que yo buscaba, era como si la tuviera maldita. Ahora es un poco  un asunto personal: ir tranquilo, sosegado y a disfrutar de la carrera. Si eso es con cincuenta años, pues bien, prescindiendo de clasificaciones.

UTMB – Heras, una relación difícil con, por fin, un merecido y trabajado segundo puesto en 2013.

¿Es lo que haces ahora? ¿Correr sin presión, sin imponerte nada?

Yo me impongo muchas cosas a mí mismo, aunque no lo parezca tras esta tranquilidad aparente que muestro. Siempre quiero hacerlo bien, pero por mí, porque me gusta el trabajo bien hecho, el esfuerzo. Si no me cuesta ganar, es que algo falla, me quedo a medias. Pero eso son batallas internas personales.

Has formado parte del que probablemente es el equipo más brillante en la historia del trail ¿Qué recuerdo tienes de esa época?

Tengo una muy buena sensación sobre lo que logramos transmitir al mundo del trail en esa época. Había otras marcas, otros equipos, pero siempre me han llegado muy buenas sensaciones de otra gente sobre lo que ese equipo representó. Piensa que Iker (Karrera) o Tòfol  (Castanyer) son  “mega corredores”, pero también estaba el sigue siendo el gran nombre del trail, Kilian (Jornet). Íbamos con él, todo hay que decirlo. Nos iba esperando (risas). Era así. Creo que lo que logramos transmitir, ese grano de arena para hacer crecer este deporte, es con lo que yo me quedo de todo aquello, aparte de todo lo que aprendí corriendo al lado de Iker, Tòfol o Kilian, Espero que a mi lado también se aprendiera algo. Ahí había cierta presión por no fallar: corriendo con esos tres no podías fallar, por poco que fuera.  Me siento muy orgulloso de haber podido correr con ellos.

«La locomotora española». Así bautizó la prensa francesa al trío Heras-Jornet-Karrera en el UTMB de 2012. Uno de los mejores espectáculos de la historia del trail.

¿Eres nostálgico?

Creo que no. Creo que cada momento es el que hay que aprovechar. Lo que cuenta ahora es lo que estamos haciendo. Si nos atenemos a la edad, Tòfol es mayor que yo y mira el nivel que tiene. Qué decir de Kilian. En su caso no es un tema de la edad que pueda tener, son los kilómetros que lleva en las piernas, las competiciones… Nos da diez vueltas a todos. Iker hizo grandes cosas y ahora está un poco más tranquilo. En cualquier caso lo recuerdo todo con mucho cariño, pero intentando poner cada uno de nosotros nuestro granito de arena. Eso es lo que importa ahora.

Todo el mundo  suele tener partidarios y detractores, incluso Kilian, pero tanto Iker, como Tòfol como tú, se podría decir que sois queridos de forma prácticamente unánime ¿Eres consciente de esto?

Creo que sí. Pero eso sí creo que va vinculado a la edad… La gente debe pensar “estos bichos siguen aquí peleando…”  Intentamos hacer las cosas bien y transmitir con naturalidad lo que es el trail y la montaña. Y aquí entra también Kilian: está claro que no es lo mismo que te sigan dos a que te sigan doscientos mil, ahí tienes más probabilidades que haya alguien que quiera sacarle punta a las cosas. A sus detractores les diría que lo que ha conseguido a nivel deportivo y su categoría personal están fuera de toda duda.

Miguel en un lluvioso reconocimiento del terreno en la segunda edición de la Riaño Trail Run.

¿Cómo ves la evolución del mundo del trail?

El trail es muy distinto ahora de lo que era hace una década. Ni mejor ni peor, todo tiene que evolucionar. El río va por donde va porque el agua tiene que ir por ahí. Otra cosa es lo que yo pueda opinar. Ahí creo que el gran cambio viene dado por las redes sociales, que pienso que a un deporte minoritario como el trail le han venido muy bien para difundirse, para marcas, patrocinadores… Pero por otro lado desde mi punto de vista tal vez se ha dado un exceso por el que estas redes han generado otro tipo de público. Es un hecho. Eso ha marcado la evolución del trail ¿Qué me gustaría a mí? Que todo esto sirva para que el nivel deportivo aumente: nivel en las carreras, tal vez entre definitivamente la televisión… esto llevará a que haya gente que pueda vivir del trail. Y eso es un poco la pescadilla que se muerde la cola, cuanta más gente pueda vivir del trail, más aumentará el nivel deportivo… Y aquí sí que entra un punto que para mí es importante, y es que el aficionado pueda convivir en las competiciones con el corredor de élite. Me gustaría que esto no cambiara nunca. Es un factor diferencial del trail con otros deportes. Todo lo demás que generan las redes sociales no me interesa demasiado, aunque probablemente sea parte de la evolución natural de este deporte. Tal vez al final los patrocinios vayan destinados sólo a los buenos comunicadores, a los llamados “influencers”. Como corredor me encantaría que todo el dinero de los patrocinios fuera a buenos corredores, pero tal vez no tenga que ser así, tal vez los otros también son necesarios porque las marcas quieren visibilidad para vender. Yo sé lo que me gustaría, no lo que será (o tiene que ser). A lo mejor para que crezca el deporte hace falta más visibilidad a costa de menos nivel deportivo. Al final las cosas serán como tengan que ser.

¿Y aquí qué pintan las federaciones?

Ahí hay una falta de acuerdo. Supongo que cada uno tendrá sus intereses, pero como te he dicho pienso que al final las cosas van por donde tienen que ir. Llegará un momento en que esos mil circuitos que hay ahora y todas esas federaciones entrarán en un cauce. Este es un deporte relativamente nuevo, ahora está todo un poco descontrolado, pero por su propio peso se estabilizará. Por donde sea. A mi ponerme de un lado u otro no me interesa, tal vez esto es lo que tiene que pasar para que las cosas se encarrilen.  A mí no me gustan los enfrentamientos, pero a lo mejor también son necesarios. Si en un negocio no tienes competencia, al final haces lo que te da la gana porque nadie te para los pies y tal vez acabes atendiendo mal al cliente porque te da igual. Igual ese conflicto es para que prevalezca el que mejor lo haga, o tal vez para que se unan y cada uno aporte su punto fuerte. A veces para que las cosas estén bien tiene que haber estado mal.

La última edición de Salomon Ultrapirineu ha sido uno de los buenos momentos de una excelente temporada para Miguel Heras.

¿Tienes algún proyecto en mente, algo que te haga especial ilusión?

¡Si! Y nunca va a ser un “campeonato de nosequé”.  A veces me preguntan por qué no estoy en una prueba o circuito determinado, y la respuesta siempre suele ser que no me enterado, que no sabía que tenía que clasificarme en tal o cual prueba para ir a esa otra. No me muevo con esos intereses. Me apetece una prueba por sí misma, por el sitio. Me da lo mismo si puntúa para esto o lo otro. Hace poco he estado en la Everest Trail Race porque me encanta la carrera, el ambiente… Me quedó una espinita de la otra vez que estuve porque fui lesionado y no pude correr a gusto y me apetecía volver a disfrutar de ese ambiente. Y no es ningún campeonato de nada. Tengo cosas en la cabeza, y una de las que más me apetecería es la Aconcagua 360. Ya he estado algunas veces por allí y me motiva mucho. Lo tenía en mente ya antes de que existiera como carrera. No sé cuando lo haré, ni tan solo si llegaré a hacerlo, pero ahí está la ilusión. A nivel más modesto, sigo teniendo en mente un UTMB para disfrutar, sereno, tranquilo.

En la anterior entrevista nos dijiste que “Correr ultras es muy sano para la mente”…

Correr en general es sano. Para el cuerpo y la mente. Los ultras en particular, creo que aportan mucho de todo por los estados en que pasas mientras lo haces. Incluso antes o después. Preparar un ultra no es salir a correr una hora por día y ya, es entrenar con lluvia, frío, calor… incluso si no apetece. Es una superación constante. Es sano para la mente porque la está alimentando, engordando emocionalmente con un objetivo difícil. La esencia es la fuerza de voluntad, algo muy importante para la vida. Si eres capaz de afrontar un ultra, probablemente estarás más preparado para afrontar las situaciones adversas de la vida.

«A fuego» en el Festival des Templiers en 2014.

¿Crees que este concepto de esfuerzo se está perdiendo?

No lo sé, la verdad. No sé si las generaciones que vienen tienen otra mentalidad. Lo que si te puedo decir es que el trato que se da a las generaciones que vienen, a las que a menudo se pone en entredicho, es injusto, porque al fin y al cabo somos nosotros los que los estamos criando. A lo mejor somos nosotros los que lo estamos haciendo mal. Yo como padre soy consciente de que tal vez esté haciendo algo mal poniéndoselo todo fácil a mi hija. Tal vez le estoy dando facilidades que no debería darle. Rompiendo una lanza en su favor, creo que son mejores que nosotros, más inteligentes y más preparados. Por lo que hace al concepto de esfuerzo, probablemente tiene más capacidad el que lo ha pasado mal que el que lo ha tenido todo de cara. Pero eso no es culpa de ninguno de ellos.

Da la sensación de que el mundo de los ultras no parece tener un relevo generacional…

Todo evoluciona, y se evoluciona con errores ¿Quién los cometió? Pues nosotros, corriendo ultras a destajo. Tal vez ese relevo que parece que no llega no es por un tema de esfuerzo. Los chavales jóvenes que corren bien distancias cortas se esfuerzan, y mucho: veintiún kilómetros a fuego, por ejemplo, implican mucho sufrimiento. Brutal. A lo mejor yo no lo soporto. Ceo que ese relevo llegará pero con otra progresión. Los que tengan que acabar en el mundo de los ultras, lo harán más tarde y mejor preparados. Para mejorar hay que meter la pata, y eso fue el boom de los ultras de hace una década. Salíamos los que estábamos en cabeza a hacer un ultra cada quince días, y se veía como normal. Pero no lo era. De ahí muchas de las lesiones que todos hemos tenido, tanto yo como Iker o Tòfol. Creíamos que en quince días recuperábamos, y con los años nos dimos cuenta de que en quince días tienes una cierta sensación de recuperación que, en realidad, no tiene nada que ver con estar recuperado. Está fisiológicamente demostrado. Ahora hay más información y eso permite a la gente aprender y planteárselo de otra forma.

¿Sigues cómodo en carreras más cortas?

Si, sigo corriendo de todo. Me gusta y no voy porque pueda ganar algo o me den puntos para alguna cosa o porque busque la carrera que pueda ganar. Tengo claro que no me puedo plantear una cien millas si no dispongo del tiempo para prepararla debidamente para disfrutarla. Voy haciendo según me va la vida y me apetece.

Zegama-Aizkorri también es un buen terreno para Miguel Heras.

¿Te es más fácil entrenar ahora?

Es más fácil. Nunca he sido de tener planes de entrenamiento, pero antes, sin la experiencia que tengo ahora, me presionaba demasiado. Ahora no. Según me siento hago. Pero si hago, es siempre a gas. Dando lo máximo que pueda. Sin esa presión interna me siento más cómodo.

Un momento en especial que recuerdes de tu vida deportiva…

Tengo muchos, afortunadamente. Me enorgullezco de aquellos momentos en que superé a mi mente, y no necesariamente quiero decir ganar. Recuerdo un momento en concreto, volvemos al UTMB de 2013, en que me vinieron esos fantasmas que te dicen que no vas a llegar a meta, y pasándolo muy mal conseguí superar eso y continuar a pesar de que mi cuerpo me estaba diciendo otra cosa. Me propuse llegar a meta en la posición que fuera, último si hubiera sido necesario. Y esos minutos que estuve sentado de madrugada en el Col Ferret, con mucho frío, representan un momento importante en mi vida deportiva que recuerdo a menudo. Al final me levanté, empecé literalmente a caminar y acabé segundo. Para mi hay un antes y un después de ese rato en el  Col Ferret.

 

ENTREVISTA MIGUEL HERAS 2010

Un libro:  Los pilares de la tierra de Ken Follet
Una película: Forrest Gump de Robert Zemeckis
Música: todo de Alicia Keys

Texto y fotografías: Quim Farrero

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