Santi Santamaría (Lleida, 1971) es organizador de carreras como el Ultra Trail Guara Somontano o el Trail de Riglos, eventos en los que el corredor popular es el centro y la mejora constante el objetivo de edición en edición. Con mucha capacidad de iniciativa y un pasado profesional que le proporciona un buen conocimiento del aspecto económico de un evento y de la relación con la administración, Santi es un organizador vocacional que cuando no está ocupado, junto a su socio Pau Jordán, en la organización de sus eventos, colabora a todos los niveles – si hay que cargar vallas se cargan – con otras organizaciones a las que ayuda y asesora. Santi es lo que podríamos denominar un factótum del trail.
“El futuro es profesional.”
¿Por qué un corredor se pone a organizar carreras?
Yo venía del mundo de los raids. Empecé haciendo asistencia a unos amigos y cuando uno de ellos dejó el equipo me metí yo. Esto fue lo que encendió la mecha del deporte al aire libre y, sobre todo, multidisciplinar. Luego, por esas cosas de la vida, dejé mi trabajo y me fui a vivir a Alquezar, en la comarca del Somontano, donde acabé montando una agencia de deportes de aventura, en la que hacía de guía de barrancos y de montaña. Dejé los raids y seguí haciendo deporte: correr, bici… sin competir. En esa época, uno de mis compañeros de raids, Quique Borrás, me propuso organizar una carrera en Guara. Yo vivía allí, tenía la empresa y era el lugar donde habitualmente entrenábamos. Allí podíamos hacer de todo. Fue el clásico “¿A que no…?”. Esto era un mes de julio y la celebramos en octubre, con muy pocos medios. Antes sólo había organizado un pequeño raid en Alquezar, pero para los colegas. Más allá de esto no tenía ninguna experiencia.
¿Qué te aporta organizar una carrera?
En mi caso la motivación principal fue dar a conocer la zona de Alquezar. Para nosotros era un lugar especial y nos pareció una buena idea. Era el año 2009 y había muchos menos ultras ¿Qué me aporta? La satisfacción de hacerlo lo mejor posible, de ver amigos que vienen a correr – muchos de los que empezaron con los ultras eran gente que venía del mundo de los raids, que por aquel entonces empezaron a desaparecer – Implica también muchos dolores de cabeza pero la sensación de ver como aquello que nació de una forma un tanto inconsciente cada año va creciendo un poco, que empieza a venir gente de fuera, que algún medio empieza a hacerte caso… y esto te motiva a hacerlo un poco menos “doméstico”, con una cierta estructura, bajo el paraguas de una asociación. Ahora se ha convertido en un evento con cuatro distancias y este año celebraremos la décimo tercera edición, que debería ser la décimo cuarta.
¿Con qué esperas que se quede el corredor en una carrera? ¿Qué crees que le ofreces?
Yo espero que se quede con una experiencia que le marque de alguna forma. Para mí una carrera necesita, ante todo, un recorrido atractivo en una zona que, al menos paisajísticamente, pueda ofrecer algo, además de tener la capacidad de acoger a los que vienen. Nosotros tenemos muy asumido el concepto popular, queremos una carrera popular – sin desmerecer a nadie – y que sea un escaparate del territorio. Nosotros tenemos la suerte de disponer de todo eso, con pinturas rupestres, pueblos abandonados, barrancos impresionantes…
Define carrera popular…
Una carrera orientada al corredor popular, es decir, en la que la prioridad sea ofrecer el máximo posible de servicios al corredor, por delante de la posibilidad de invertir en traer corredores de primera línea, sobre todo si eso es a costa de servicios para el corredor popular. Eso no quiere decir que no nos gustara atraer a los élite, pero no tenemos presupuesto para eso sin recortar de otros conceptos que no queremos reducir.
¿El presupuesto de una carrera sale de las inscripciones?
Con los precios de inscripción que habitualmente se paga no. La mayoría de carreras están intentando adaptar los precios a la realidad. Nosotros hace ya varios años que lo vamos haciendo poco a poco. Hay que hacerlo porque somos conscientes de que, si en algún momento nos fallan las ayudas, la carrera no es viable. Ahora mismo no tenemos patrocinadores privados que entren “a saco”, tal vez en un futuro, aunque sea de fuera del mundo del deporte, pero de momento, solo con las inscripciones, no basta.
Pero los corredores se quejan de que las carreras son caras…
Tal vez deberían intentar organizar una carrera, y que probaran a hacerlo sin ayudas. Que se dieran cuenta de las horas de dedicación que eso representa. Yo no vivo de la carrera de Guara, pero cada día del año le dedico tiempo, a veces una hora a veces tres, pero siempre estoy conectado, y los días anteriores y posteriores es a tiempo completo. Se acaba convirtiendo en un trabajo. También les diría que se preocuparan de saber qué cuesta todo lo que hay en una carrera, todo lo que se les está ofreciendo. Mucha gente no se plantea que vale un sistema de ambulancias y médicos. En Guara se nos van siete u ocho mil euros, y eso que no tenemos soporte aéreo. O qué vale un sistema fiable de cronometraje. Muchas veces se opina muy a la ligera porque se desconocen muchas de las partidas que hay en el presupuesto. Mucha gente piensa que la carrera se financia sólo con las inscripciones, que todo lo que hay en la bolsa del corredor es regalado, que todas las carreras tienen un montón de subvenciones (y casi nunca es así) y que, en general, las cosas no cuestan lo que cuestan. Como ejemplo, en Guara, donde no hay una población que pueda hacer funciones de voluntariado porque la mayor parte trabajan en el sector turístico y están ocupados ese fin de semana, en cada edición se nos van más de quince mil euros para atender a los voluntarios, porque lo mínimo que se puede pretender es que al voluntario no le cueste dinero venir y estar allí: hay que darles de comer y proporcionarles un lugar donde dormir. Por lo menos. Esto representa más dinero que el total de inscripciones de las dos carreras cortas (17 y 30 kms). Con ellas cubrimos la partida de voluntarios.
¿Qué te gustaría poder ofrecer en una carrera?
En general creo que, hasta donde podemos, tenemos un evento bastante completo. No somos una gran carrera, pero creo que estamos bastante bien valorados. La prueba es que movemos mil doscientos corredores cada año –tal vez lleguemos a mil cuatrocientos esta edición –. Tal vez nos gustaría poder ofrecer una bolsa del corredor más completa, un regalo finisher más potente, tal vez poder traer algún corredor de élite sin tener que renunciar a otras cosas, o poder traer a más medios de comunicación, que es algo que creemos importante pero que no nos podemos costear al nivel que nos gustaría. La posibilidad de un streaming también estaría ahí. Sería importante también poder disponer de una flota de vehículos más operativa, sobre todo de todoterrenos porque el territorio y los accesos son muy complicados en Guara. Por presupuesto y disponibilidad nos da muchos problemas encontrar los vehículos necesarios. Nos gustaría crecer en estos puntos, pero tampoco creo que estemos en la tesitura de experimentar un gran crecimiento, lo que nos falta es llegar a la profesionalización.
¿Tiene que ser profesional una organización?
Creo que la mayor parte acabarán siendo profesionales. Nosotros no vivimos de esto, pero siempre tenemos una pequeña recompensa que varía mucho en función de cómo va la edición. Nuestra gratificación no está por delante de lo demás. Si queda algo, estupendo, y si no, pues no. Esto en cierta manera ya es un modo de profesionalización. De hecho, profesionalización no implica exclusividad. Creo que todas las carreras que acaban moviendo un volumen grande de corredores, de una forma u otra están derivando a la profesionalización, porque hay que dedicar muchas horas. Creo que será positivo, la gente que lo hace sin cobrar se acabará cansando en muchos casos; tienes que dedicar horas, renunciar a la familia, a tu tiempo…
¿Qué aporta un circuito, del tipo que sea, a una carrera?
Nosotros formamos parte en su momento de la Spain Ultra Cup y nos ayudó mucho a darnos a conocer a nivel nacional, por ejemplo. Pero era un momento en que muchos de los circuitos actuales son existían. La Spain Ultra Cup fue perdiendo fuerza a lo largo de los años, tal vez porque muchos corredores ya habían hecho el circuito, o vete tu a saber. Además, la aparición de muchos otros circuitos, tanto privados como federativos, nos llevó a pensar que el circuito dejaba de tener sentido. Ahora creo que hay una cierta confusión con todo esto, creo que la gente está un poco desorientada con tantas opciones. En cuanto a circuitos oficiales (federativos) lo único que hemos llegado a hacer fue el pasado año (2021) que homologamos el circuito por la Federación Aragonesa de Montaña por un tema vinculado a la pandemia, porque para poder organizar la carrera era necesario un soporte “oficial”. Pagamos el impuesto revolucionario pertinente por el cual los comisarios vienen el fin de semana de la carrera a verificar que todo esté correcto, aunque deberían venir antes a revisar, porque si el mismo fin de semana hay algo mal, puede no haber margen para la corrección. Más allá de esto, ni se nos ha propuesto ni se nos pasa por la cabeza de momento participar en otro circuito.
¿Qué te parece el litigio entre FEDME y RFEA?
Creo que está haciendo mucho daño al mundo del trail. Queriendo o sin querer, se están contraprogramando constantemente, por ejemplo. Esto confunde al corredor. Desde el corazón creo que la federación de montaña es quien debería tener más relación con el trail, por el factor montaña y porque es quien inicialmente le prestó atención, aunque no se han esmerado demasiado estos años. Hace décadas ya que se celebran carreras y la federación no ha puesto demasiado de su parte. Amen de que sus campeonatos no han tenido nunca demasiado éxito. La RFEA ha entrado en este mundo como un elefante en una cacharrería y tampoco lo ha hecho con un criterio demasiado claro. Yo, personalmente, acabo pensando que debería haber una federación específica de trail running. Ni para unos ni para los otros. Creo que ninguna de las dos le darán al trail la importancia que debería tener. Para el atletismo, que ha querido entrar en el juego porque parece un pastel apetitoso, el trail no deja de ser una más de muchas más disciplinas con más solera dentro de esa federación. Una gota en un mar. Y la de montaña tampoco ha hecho mucho. Hablas con cualquier atleta que haya estado en un equipo oficial, y no tienen prácticamente ayudas. En general las federaciones son entidades totalmente anacrónicas que no pueden ir al ritmo de un mundo en el que, por otro lado, parece que tiene que ir todo muy deprisa. El trail es un deporte relativamente joven, y parece que ahora hay una especie de urgencia para que sea olímpico, cuando otros deportes han tardado muchas décadas en conseguirlo. Ahora todo el mundo habla de la difusión, de streamings, del espectáculo, pero se habla poco de la sostenibilidad, por ejemplo. En algunos aspectos creo que hay una visión excesivamente deportiva del trail que deja de lado otros aspectos muy importantes.
Colaboras en la organización de varias carreras ¿Cuál es el punto común que crees que se debería mejorar?
Algunas carreras grandes deberían pensar en tratar mejor al voluntario. Yo he estado carreras en las que no se le ofrece ni alojamiento cuando vienen de fuera. La organización debería hacerse cargo de que, al voluntario, por lo menos no le costara dinero estar ahí. Más allá de esto, hay ciertos puntos débiles que suelen ser comunes – y ahí añado mis carreras – y que suelen ir vinculados a la comunicación, por ejemplo. Hemos tardado un poco en darle la importancia que se merece. Parece que lo único importante es que se celebre la carrera y a veces es difícil entender que se tenga que invertir un dinero en fotógrafos, en alguien que gestione prensa, en procurar salir en medios con una cierta frecuencia para ir sonando y facilitar que la carrera se consolide… Nosotros, por ejemplo, tenemos como finalidad dar a conocer un territorio, y para eso hay que saber también mantener lo que tienes. Que seas conocido no quiere decir que el trabajo ya está hecho: hay que mantenerlo. De cara al territorio y a los patrocinadores, es importante ofrecer un dossier con una serie de apariciones en prensa, porque es lo que le da difusión al territorio, no sólo la aparición puntual en redes el día de la carrera. Y eso es independiente de que tengas las inscripciones completas. Cada vez hay más carreras que coinciden un mismo fin de semana y es fácil perder ritmo. A nosotros nos ha costado, pero a medida que hemos ido creciendo nos hemos dado cuenta de que es imprescindible la difusión.
¿Cómo gestionáis vuestra relación con el territorio?
Tuvimos problemas al principio. El primer año porque tuvimos la ocurrencia de celebrarla durante el puente del Pilar, con la zona a reventar, pero a medida que la carrera ha ido creciendo y evolucionando, y la gente ha visto que lo que la carrera hace es crear una semana muy potente desde el punto de vista del turismo a finales de septiembre, el territorio ha ido aceptándola y han pasado a defenderla. Además, cada vez hay más gente que viene en otras fechas a entrenar y esto se ha convertido en otro recurso turístico, con gente que vuelve en familia. Incluso con los cazadores tenemos una muy buena relación, y el fin de semana de la carrera se organizan para cazar en otras zonas.
¿Piensas que son buenos los grandes eventos para el trail?
Cada uno tiene derecho a disfrutar del tipo de carrera que más le guste. También pienso que tras algunas críticas a grandes eventos lo que hay es envidia. A veces se habla mal de carreras a las que ni siquiera se ha ido. Las voces corren. Los grandes eventos lo son principalmente porque el territorio tiene capacidad para acogerlos: alojamientos, conexiones, transportes… Y eso permite atraer a gente de muchos países. Pues bienvenidos sean. A mí me parecen bien. Yo en esos eventos me fijo mucho en lo que hacen para aprender. Organizativamente me gusta mucho, por ejemplo, la CSP/MiM. Es una carrera que, disponiendo de un buen presupuesto, no han olvidado el espíritu de carrera popular en todos los aspectos. Otra carrera que me gusta mucho es Trencacims, en Paüls, cerca de mi casa. Más allá de un paisaje espectacular, tienen un inicio y final de carrera espectaculares, y atienden muy bien a corredores y acompañantes. Transgrancanaria es otro ejemplo organizativo. En otra escala, la carrera de Vistabellla es una prueba en la que todo un pueblo se vuelca.
¿Quién tiene que hacerse cargo de la profesionalización de los corredores?
No creo que tengan que ser las carreras. En otros deportes, todos pagan una inscripción, pero tienen unos premios considerables. Tal vez algún día daremos premios en metálico para atraer a corredores de más nivel, pero pagar a alguien por el solo hecho de que venga no lo entiendo. Creo que son las marcas los que deben financiar eso, al fin y al cabo, son los que sacan rendimiento de esto (marcas y federaciones con las licencias). Las marcas, en general, no han tratado bien al corredor, los compran con unas zapatillas, unas camisetas, un par de viajes y ya. La profesionalización está en el futuro del trail, aunque, de momento, nosotros no disponemos de dinero para dar premios en metálico a todas las carreras. Además, los premios en metálico son públicos, transparentes, pero nadie sabe que se le paga a un corredor determinado para estar en una carrera, y eso no debería salir del bolsillo del resto de corredores.
En general ¿Hay poca transparencia en el mundo del trail?
Si, y por eso los premios son una buena opción, porque son transparentes. Pienso que, sin tener que anunciarlo necesariamente, si alguien pregunta qué vale traer a tal o cual corredor, o qué cobra de la marca, debería decirse. Además, seguramente no estamos hablando de ninguna gran fortuna… También hay que tener en cuenta que la presencia de ciertos corredores es una forma de promoción de la carrera, y aquí viene aquello que pensar qué es lo que hay que valorar, si la calidad deportiva o la capacidad de difusión. Cualquiera que se quiera promocionar pasa a ser, en cierta manera, una marca. Nosotros, como carrera, somos una marca, y aunque tenga las inscripciones completas, tenemos que cuidarla. Si un corredor quiere que se fijen en él, primero necesitará unos resultados, pero después tendrá que ofrecer algo más a la marca, que lo que quiere es vender. Y eso forma parte del trabajo de ese atleta. Tal vez debería ser la federación quién se hiciera cargo de esa profesionalización atendiendo exclusivamente a criterios deportivos. Muchos corredores quieren ser profesionales, pero no quieren asumir lo que eso significa. Es un trabajo.
¿Cómo ves el futuro?
El futuro es profesional. Y nos llevará a todos en esa dirección poco o mucho. Pienso que aparecerán carreras reservadas a un cierto nivel de corredor (élites), como un Tour de France. Pero tampoco creo que desaparezcan las carreras de tova la vida. El corredor popular seguirá asistiendo a un montón de carreras a lo largo del año, y la mayor parte de esas carreras no serán de las grandes. También creo que, en general, las distancias ultra se racionalizarán, serán algo más cortas. Esto ya está pasando. Y es bueno para el corredor, la organización y el territorio. Entre 60 y 80 kilómetros hay un terreno a desarrollar. Las grandes marcas – UTMB, Spartan – seguirán siendo fuertes.