El reglamento ha sido modificado de cara a las próximas ediciones
Tras dos ediciones especialmente polémicas (ver núms. 51 y 57 de revista TRAIL) a causa del comportamiento anti-deportivo de algunos corredores y la pasividad de la organización al respecto, la organización del Tor des Géants, una de las carreras más importantes del calendario de la ultradistancia se ha decidido por fin a definir algunos puntos de su reglamento que, por su vaguedad o directamente por omisión, facilitaban o permitían conductas más que dudosas por parte de algunos corredores, tanto de la élite como populares.
Así, se especifica que el corredor sólo podrá recibir asistencia externa en las zonas determinadas para ello de los ‘puntos de reposo’ (bases de vida suponemos). Algo que en muchos casos era obviado por corredores que se hacían asistir en cualquier punto del recorrido, posibilidad que ahora está específicamente prohibida por el reglamento: “la asistencia personal a lo largo del recorrido” así como “la asistencia prestada fuera de las bases de vida utilizando caravanas, coches, etc”. Tácticas utilizadas hasta ahora por algunos corredores y que creaba un evidente agravio comparativo con aquellos que, siguiendo el espíritu primigenio de la carrera, se valían sólo de las facilidades suministradas por la organización.
Queda resuelto, al menos sobre el papel, el tema del acompañamiento del que se valían muchos corredores que incluso se hacían llevar la mochila o eran remolcados con gomas: “Queda prohibido el acompañamiento en todo el recorrido…”
Todas estas situaciones son penalizadas con descalificación inmediata.
Asimismo se puntualiza que es responsabilidad del corredor asegurarse de que es convenientemente registrado por la organización antes de abandonar un punto de control zanjando así también una de las polémicas estrella de la pasada edición: la descalificación de la corredora Francesca Canepa por no haber sellado en un control.
La reputación de la carrera y por ende de la región que la organiza, el Valle de Aosta, se estaba oscureciendo a causa de esas situaciones que muchos corredores presenciaban con impotencia (que han llegado a ser causa del “abandono por indignación” de algunos corredores) y de las cuales la organización era perfectamente consciente pero que nadie denunciaba formalmente por la dificultad de aportar pruebas. Pruebas que, una vez más según el reglamento, podrán ser aportadas tras la carrera (“Las irregularidades descubiertas, incluso por imágenes vídeo llegadas a la organización después de la carrera, podrán ser causa de descalificación o penalizaciones”).
Ahora faltará ver hasta que punto la organización está dispuesta a poner medios para hacer cumplir este reglamento ya que, aunque el reglamento habla de comisarios de carrera, serían necesarios muchos para cubrir un recorrido de tal magnitud. De hecho una de las preocupaciones de la directora de carrera, Alexandra Nicoletti, era el diseñar un reglamento sin medios para hacerlo cumplir. En cualquier caso, el primer paso ya ha sido dado.