PTRA: DECLARACIÓN DE INTENCIONES
A finales del pasado año 2022, nace la PTRA: Pro Trail Runners Association, y el 15 de diciembre celebra, de forma virtual, su primera asamblea general.
A iniciativa de Kilian Jornet, Pascal Egli y Francesco Puppi, la PTRA nace con el objetivo de convertirse en la asociación de referencia para corredores de élite y/o profesionales, en la que se trabaje para cuidar de los intereses de ese sector específico del mundo del trail, tanto de cara a la relación con organizadores como con marcas, más allá de otras líneas de trabajo vinculadas a la lucha contra el dopaje o a la relación del trail con el medio ambiente.
En un mundo en que el corredor de élite es sistemáticamente requerido para promocionar el evento en el que participa (ruedas de prensa, redes…) la relación no siempre es de “Quid pro Quo”, del mismo modo que la relación con ciertas marcas no es lo honesta y justa que debería ser. A riesgo de pasar por una organización elitista, es obvio que ese sector del mundo del trail vive una realidad muy diferente a la del resto de aficionados, lo que hace que sus intereses y necesidades también sean diferentes, a pesar de que haya muchos puntos en común de los que el resto de aficionados probablemente se beneficie en el caso de que la organización vaya alcanzando sus objetivos.
¿Una asociación más? El tiempo dirá, pero lo que está claro es que lo que no da ningún resultado es la inacción. De alguna forma hay que arrancar.
La semana pasada, la PTRA anunciaba el nombramiento de Albert Jorquera como secretario general y, por tanto, cabeza visible de la organización. Hablamos con él para que nos cuente en qué momento está la asociación y cuál es el rumbo a seguir:
¿Dónde se quiere llegar y con qué medios?
Buena pregunta… La base está clara, estamos hablando de una asociación de corredores profesionales (o de élite) de trail. Para formar parte tienes que estar en un top 30 de cualquiera de las clasificaciones reconocidas hoy en día: ITRA, UTMB, WMRA, ISF… Eso da un espectro bastante amplio. Otra posibilidad es tener un contrato profesional con una marca: un contrato económico. La idea no es ser una asociación de todos los corredores de trail – para eso está la ITRA – si no de un sector concreto, a pesar de que haya muchos puntos de coincidencia y de que muchos de los objetivos de la PTRA redundan en el bien común del deporte.
¿Qué pasa cuando alguien deja de ser élite? ¿O se queda sin contrato?
No tenemos claro ni eso. Estamos en un estado muy embrionario y aún hay mucho trabajo por hacer, pero hay que empezar por algún lado y en algún momento. De entrada, puedes haber sido élite en alguna de las clasificaciones en los últimos tres años. Pero hay aún muchas aristas a pulir. No queremos ser excesivamente restrictivos, pero tampoco queremos perder el espíritu básico de la asociación. Ahora mismo formar parte de la PTRA tampoco da derecho a demasiado, simplemente a poder votar sobre lo que se va haciendo. A aquellos que nos proponen formar parte, pero no cumplen los requisitos les decimos lo mismo: tenemos a la ITRA como asociación de todos los corredores (y organizadores).
¿Hay muchas solicitudes que no cumplan condiciones?
La verdad pocas. Creo que la gente lo entiende. Ahora mismo somos 190 miembros.
¿Dónde aparece Albert Jorquera?
A ver, todo esto viene de un proyecto de Kilian (Jornet) que él ya ha intentado arrancar varias veces sin que acabara de cuajar, pero las incidencias de los últimos meses con los casos de dopaje en Zinal (por ejemplo), desencadenan un poco la sensación de que esto se puede ir de madre si no se pone algo de control. A partir de ahí Kilian se pone en contacto con Francesco Puppi y Pascal Egli, y de ahí sale la iniciativa de lanzar este embrión asociativo, en un momento en que cada vez hay más atletas que son realmente profesionales y en que la necesidad de una organización de este tipo es grande. En diciembre se celebra una primera asamblea y, a partir de ahí, Kilian da un paso al lado y deja que la cosa siga su curso. Él sigue estando como consejero, pero al margen del funcionamiento del día a día. De hecho, probablemente a él es quien menos falta hace una asociación como ésta, a pesar de que es él quien ha hecho la casi totalidad del trabajo inicial. De esta asamblea sale la propuesta de un secretario general, que resulto ser yo, y que es el único que percibirá (de momento) algún tipo de remuneración – es una asociación sin ánimo de lucro – pero que es quien debe gestionar el día a día de la organización: reuniones, contactos, documentación… Algo que un atleta profesional en activo difícilmente podrá afrontar. Yo veo que esto va más allá de lo que podría ser un simple sindicato en el que un colectivo lucha por mejorar sus condiciones. De hecho, la mayor parte de las acciones que están en marcha ni siquiera van en esta dirección.
¿En qué se está trabajando?
Hay, por ejemplo, un grupo de trabajo en la línea del control del dopaje. Todo el mundo dice “hay que hacer controles anti dopaje” pero nadie pone hilo a la aguja, ese es uno de los puntos importantes, buscar la forma, aportando el punto de vista de los atletas, de que eso se ponga en marcha. Otro grupo de trabajo busca poner un poco de orden en los calendarios. Sabemos que es un tanto utópico, porque la mayor parte de organizaciones no tienen mucho margen de maniobra a la hora de decidir sus fechas, pero algo hay que hacer. Es otro de esos asuntos de los que todo el mundo habla y opina, pero nadie hace nada; por difícil que sea nadie ha intentado ver qué se puede hace realmente y, tal vez, si alguien puede hacer algo es un colectivo de atletas de élite y profesionales, una entidad neutral que obligue a todos los contendientes a sentarse y trabajar desde un punto de vista constructivo. La línea no va en la dirección de “si no conseguimos esto nos declararemos en huelga y no iremos a las carreras”, para nada. En este punto en concreto, con conseguir que las finales de los grandes circuitos no se pisaran en fechas ya tendríamos suficiente. También se trabaja en la línea de las exigencias de algunos eventos de haber hecho antes algún tipo de carrera de una cierta distancia, algo que puede obligar a un atleta, en un momento dado, a hacer más carreras de esa distancia durante un año de las que le convienen por preparación o, simplemente, por salud. Eso es muy importante sobre todo cuando se trata de carreras largas. Tal vez habría que buscar un sistema de clasificación más pensado para el atleta de élite. Tal vez consigamos algo o tal vez no, pero lo que está claro es que hay que, como mínimo, intentarlo. El problema es que cuando se da una situación de este tipo que genera malestar, hay algunas quejas individuales, pero falta alguien que coja el testigo y represente al colectivo. Es más fácil que te escuchen así y evita que alguien sea señalado. Es importante remarcar que el espíritu es muy dialogante. Y una cuarta línea de trabajo está en lo que llamamos “Fair sport”, que engloba desde temas de igualdad, inclusividad, posibles abusos en contratos con atletas (impagos por lesión…) y medio ambiente. Hay muchas ideas en el tintero, como por ejemplo la creación, de una vez por todas, de una clasificación única y acabar con el caos actual. Incluso ya hay quien se ha ofrecido a hacerla. Pero hay que establecer prioridades y empezar paso a paso. Esas prioridades han sido votadas en asamblea y se han creado los grupos de trabajo pertinentes.
¿Cómo se financia todo esto?
Está todo muy en pañales. Más allá de las cuotas de los miembros, que está claro que es una financiación limitada, ya se nos ha dado el caso de que hay eventos que quieren hacer donaciones para colaborar… ¡Y aún no sabemos ni cómo aceptarlos! Quedan muchas cosas por definir, aunque está claro que el dinero no puede provenir, por ejemplo, de marcas. Y eso no quiere decir que la intención sea trabajar en contra de ninguna. Mantener nuestra independencia es uno de nuestros objetivos, la idea es trabajar con instituciones, aportaciones de los propios corredores y, por qué no, de carreras. Vamos construyendo un poco sobre la marcha, trabajamos en documentos en los que se defina qué espera la PTRA de los diferentes sectores del trail. Una posibilidad en cuanto a las carreras pasaría, por ejemplo, por la obtención de un sello de calidad de la PTRA en base a una colaboración o, sobre todo, a una manera coherente de actuar. De cara a la financiación, la posibilidad de ofrecer conferencias, por ejemplo, tampoco está descartada. Cabe la posibilidad – ¿Por qué no? – de que esto llegue a crecer como para dar soporte financiero a atletas con problemas por lesión, por ejemplo. Pues estaría bien. Ya iremos viendo. Tal vez en un futuro mi tarea deba ser realizada por alguien al cien por cien de su tiempo.
¿Habéis empezado a trabajar sobre el terreno?
Ya hay carreras que nos han preguntado en qué forma pueden colaborar con nosotros. Todas las organizaciones con las que hemos iniciado contactos están a favor de la iniciativa. Es como si todo el mundo esperara una acción de este tipo para poder hablar de temas que, si no son en base a la queja individual, ni se plantean. Una especie de moderador de las relaciones con los corredores. Está claro que tiene que tratarse de una simbiosis; a las carreras les va bien que corredores de renombre asistan y colaboren (ruedas de prensa, etc.). Es bueno para el prestigio y la promoción de la carrera, pero por otro lado y por esa misma razón, debería haber algún retorno para los corredores, y no siempre es así. Hay que llegar a acuerdos al respecto.
¿Y las marcas?
El tema es complicado. Hay un objetivo vinculado a los contratos justos, pero hay muchos tipos de contrato, hay diferentes niveles económicos en función de los países, hay legislaciones diversas… Es muy difícil trabajar en esa área. Ahora mismo estamos recabando información para valorar la situación real. Tal vez el tema pase por la posibilidad de que los atletas tengan dónde asesorarse legal o laboralmente, por ejemplo. El tema está en que venimos de nada, con lo cual, a poco que consigamos, ya será algo. Yo tengo claro que esto progresará. Más allá de partes implicadas, ya tenemos gente que se ha ofrecido voluntaria para tareas diversas, desde el diseño gráfico, la asesoría legal…
No sé dónde iremos a parar, pero está claro que es una iniciativa necesaria y que de algún modo hay que arrancar. Creo que ahora es un buen momento y que la organización está aquí para quedarse.