Tendréis que perdonarnos esta vez los anglicismos de los títulos, pero son dos temas (“Perfect day” de Lou Reed y “Days like this” de Van Morrison) cuyo mensaje viene muy a cuento con lo vivido este fin de semana en Bagà con la edición de 2022 de la Salomon Ultra Pirineu.
«DAYS LIKE THIS»
“Cuando todo está en su sitio, como el pulsador de un interruptor” es una de las frases que “Van the Man” canta en la mencionada canción y resume bastante bien lo vivido este fin de semana en la Serra del Cadí, en una edición de Salomon Ultra Pirineu totalmente pre pandémica, con retornos estelares, duelos generacionales, victorias reivindicativas y una meteorología que, a pesar de la nieve caída en los días previos ofreció a todos un día espléndido, casi perfecto para correr: frío de madrugada y agradablemente atemperado durante un día azul y luminoso y que ofreció, a los afortunados participantes de la ultra, un amanecer espectacular que iba a ser el preludio de la jornada.
Incluso la maledicencia de la presentación de corredores de élite – un día habrá que hacer una estadística sobre cuantos “presentados” el día previo a las carreras sufren alguna incidencia el día de la prueba – esta vez no se cumplió: prácticamente todos los que salieron al estrado el viernes por la tarde hicieron un gran papel el sábado.
Las estrellas del fin de semana dieron todas la talla, ofreciendo victorias de esas que hacen afición, desde el merecido homenaje que Miguel Heras se dio (el cuarto en SUP) después de un interesante duelo con Dmitry Mityaev (el eterno segundo en SUP y los cuádriceps más impresionantes del calendario) hasta el brillante retorno de una Núria Picas pletórica que se batió con una joven Clàudia Tremps en un duelo en el que, al igual que en la categoría masculina, se impuso la voz de la experiencia: en la larga distancia la veteranía sigue siendo un grado. Victorias como las conseguidas en la distancia maratón, ofrecida en directo – como viene siendo tradicional – por TV3, la televisión catalana, y en la que los corredores keniatas Robert Pkemoi y Esther Chesang se impusieron en un recorrido muy montañero y con sectores muy técnicos, reivindicando en cierto modo sus capacidades para el terreno de montaña. Rompiendo esquemas. Sin olvidar la media maratón de domingo en la que se han repetido algunos podios pero mejorando tiempos: ahí si que la juventud es imbatible, al igual que en la inauguración de la fiesta, el viernes por la noche en el KV de la Nit Pirineu, en el que la explosividad es la fórmula para el resultado (podéis ver todas las clasificaciones en el enlace al final del artículo).
Pero más allá de resultados deportivos, que están muy bien pero, no nos engañemos, afectan a un porcentaje muy bajo de participantes, el ambiente en carrera durante todo el día desprendía felicidad como pocas veces: corredores alegres, cómodos (cansados o no) disfrutando de un día excepcional en el que la anécdota la puso la nieve en las zonas más elevadas, con los consiguientes resbalones e inseguridades entre los menos adaptados al medio (de todo se aprende) e incluso a pesar de algunos embotellamientos en puntos no habituales causados por la ralentización del ritmo en zonas en las que es habitual moverse más deprisa y que, hasta donde hemos podido averiguar, todo el mundo gestionó con paciencia.
Hablábamos la semana pasada de las virtudes de eventos más discretos; este fin de semana ha sido la prueba de que los más grandes también pueden comunicar eso que llamaríamos “buen rollo” y que son una pieza más de ese ecosistema del trail que muchas veces hemos comentado.
“Oh, it’s such a perfect day
I’m glad I spent it with you”
(¡Oh! Es un día tan perfecto
Me alegro de haberlo pasado contigo)
(“Perfect day” Lou Reed)
Podéis consultar las clasificaciones AQUÍ