Décimo cuarta edición de una de las grandes carreras del que es probablemente el epicentro mundial del trail, si consideramos la cantidad y la calidad de las pruebas celebradas en una zona tan concreta como reducida del Planeta: las Islas Canarias. Esta vez, además, bajo la atenta mirada del gigante.
DE COSTA A COSTA, POR TODO LO ALTO
El fin de semana empieza complicado, hace fresco (¿frío?), el cielo está muy encapotado y, finalmente, decide descargar con intensidad en zonas puntuales. Una de ellas la del Asomadero, que tiene la pretensión de acoger, a primera hora de la noche, el kilómetro vertical que marca el inicio de la Tenerife Blue Trail by UTMB.
La intensa lluvia deja inutilizables los accesos a las zonas altas, de forma que los vehículos de emergencia e infraestructura en general, no pueden llegar hasta allí. La organización decide suspender la prueba, despertando el monstruo de una sensación ya vivida, en la que la incertidumbre a la espera de lo peor – el paraíso de los agoreros – se instaura, con el fantasma de un cambio de fechas (de junio a marzo) como origen de todos los males.

Pero las previsiones son buenas y el episodio, a pesar de los inconvenientes, no pasa de episodio; un capítulo en una serie con capacidad – meteorología mediante – de ofrecer buenas historias. Así pues, el fin de semana empieza pronto, con un viernes radiante (y fresco: lo del calor de las Islas Canarias es otro tema) que dará paso a la celebración de un evento sin incidencias mayores, del que disfrutaron dos mil quinientos sesenta y cinco participantes de sesenta y ocho nacionalidades diferentes, de los cuales sólo unos trescientos vieron su proyecto truncado por el fantasma del abandono y, sobre todo, marcado por el frío en los itinerarios más largos; nada sorprendente si consideramos la altitud a la que evolucionan, durante largos tramos, las hermanas mayores: los 110K pasan pocos metros por debajo de la cima del Teide – por la Rambleta – a 3.550 metros, y los 73K pasan muchas horas por encima de los 2.000, y todo desde el nivel del mar…

Una altitud que se cobra su precio en el metabolismo de la mayor parte de corredores que van a unir la costa suroeste con la costa norte: desde Los Cristianos al Puerto de la Cruz pasando por el punto más alto de la isla (y del Estado) que, con su espectacular masa, marca el paisaje de todas las pruebas del evento y ofrece, en las carreras más largas, una maravilla paisajística realmente espectacular y exigente – la altitud manda – que obliga a no andarse con sutilidades de peso a la hora de prever la cantidad y calidad de las capas de vestimenta que conviene llevar: muchos corredores se pusieron de largo por el frío: la tan denostada malla larga fue tendencia este fin de semana (y sus amigos los guantes, cortavientos y demás pandilla).

Desde un punto de vista deportivo pocas sorpresas: los favoritos, en general, se comportaron como tales e hicieron su trabajo, copando las posiciones que les correspondían: Estel Roig y Tom Evans (110K), Anna Tarasova y Andrzej Witek (73K) Inés Astrain y Marcin Kubika (47K) y Toni McCann y Álex García (24K) son el resumen de los puestos de honor de unas clasificaciones en las que cabe destacar, una vez más, la actuación de Miguel Heras – el Maestro – que en una muestra más de incombustibilidad se hizo con la segunda plaza de los 73K. Vale la pena comentar también la brillante actuación de un renacido Pablo Villa, que estuvo durante buena parte de la carrera (110K) en el grupo de cabeza y que, habiendo ya superado lo más duro, se perdió en el punto en que los 110K y la maratón se unen, debido, según el propio Villa, a un momento de duda provocado por un desfase entre el marcaje y el gps, situación en la que Villa optó, lógicamente, por seguir las balizas. A resultas de esto, se encontró avanzando por el recorrido de los 42K contra carrera hasta que se cruzó con otros corredores. Media vuelta y a recuperar terreno, pero el mal ya estaba hecho y Villa se vio hundido en la clasificación general. El marcaje de carreras que se cruzan con la misma cinta es algo que, tal vez, la organización debería revisar: puede llegar a provocar confusiones de este tipo, y tiene una solución fácil y barata.

Más allá de anécdotas e incidencias puntuales, Tenerife Blue Trail by UTMB ofrece algunos de los recorridos más espectaculares del calendario, con secciones variadas de todo tipo (corredoras, técnicas…) y, por encima de todo si se opta por la versión larga, la posibilidad de cruzar Tenerife por todo lo alto.