Las Ultra Glide 2 y las Glide Max TR son dos de las zapatillas de Trail com más amortiguación dentro del extenso catálogo de Salomon. Destacan por sus gruesas suelas que les confieren un carácter especial, muy cómodas y ligeras todo y su apariencia algo «pesada». Aunque son dos modelos diferentes, sus prestaciones silimares hacen que las comparemos en el mismo test ya que su terreno de juego y orientación son muy parecidos. Para gustos, colores…
SALOMON ULTRA GLIDE 2 / GLIDE MAX TR
La ULTRA GLIDE 2 es como un camaleón de trail (Salomon dixit en su web) con una gran amortiguación. Está diseñada para adaptarse a todos los terrenos y superficies, aunque donde se siente mejor es en terrenos poco técnicos. Es muy cómoda para las largas distancias, donde sorprende su ligereza en los pies aunque su gruesa suela nos haga creer lo contrario. Realmente Salomon ha trabajado con materiales ligeros y resistentes para dotar a este modelo de una gran amortiguación sin penalizar el perso. Buena para correr por cualquier terreno, aunque por zonas técnicas deberemos aflojar el ritmo para controlar la estabilidad. Con estas zapatillas nuestro objetivo debe ser más disfrutar del recorrido que el rendimiento puro y duro.
Una de las zapatillas Salomon de trail más suaves y con más amortiguación, las GLIDE MAX TR tiene una gran altura sobre el suelo con la revolucionaria Energy Foam para una amortiguación suave como la seda. Como su hermana (la ULTRA GLIDE 2), está diseñada para adaptarse a todos los terrenos y superficies, aunque donde se siente mejor es en terrenos poco técnicos. Ideal para aquellos corredores de trail running de larga distancia que adoran la sensación de una pisada suave y amortiguada, diseñada con una ligera pala de Engineered Mesh para lograr comodidad y transpirabilidad. La lazada clásica le confiere una excelente sujección, siendo uno de los puntos que más nos ha gustado.
- Amortiguación
- Pisada
- Agarre y ligereza
Estamos ante dos modelo orientados más hacia la comodidad que el rendimiento. Durante un recorrido de larga distancia no tendremos esa sensación de querer parar a quitarnos las zapatillas y liberar el pie, más bien al contrario, nos olvidaremos de ellos para centrarnos en otros aspectos del recorrido. Solamente deberemos pagar el precio de poner algo más atención en terrenos técnicos (pedreras, rocas grandes, surcos…) donde quizá hasta que les cojamos el tranquillo iremos algo inseguros. Eso sí, una vez acostumbrados a su tacto elevaremos la velocidad sin que nuestros pies se resientan.