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Históricamente, Transvulcania ha sido una carrera de cambios. Aún manteniéndose fiel en esencia al fantástico recorrido que la vio nacer – y que no precisa de modificaciones – los cambios en la organización, vinculados a la política local, no han sido pocos. Tras una época crítica marcada por una pandemia, la erupción de un volcán y dos ediciones con una organización que, aunque impecable, no supo (o no pudo) conectar con el sentir local, las agujas del reloj de La Palma han vuelto cinco años atrás.
REGRESO AL PASADO
De vuelta a la época en la que los palmeros sentían la carrera como suya porque eran ellos quienes la organizaban, con sus virtudes y defectos.
En esta edición, el evento ha recuperado el sentir local de vinculación a la carrera, un factor básico si se quiere que un evento de estas dimensiones funcione, volviendo no sólo al equipo organizativo anterior, si no también deshaciendo algunos de los cambios de las ediciones previas que, para el sentir palmero, alejaban al evento de su espíritu: un KV de nuevo hasta la Torre del Time, una maratón de nuevo saliendo de El Pilar, la media recuperando su recorrido original… Todo, más o menos, como estaba.
Así, el jueves se inauguró la edición 2024 con un KV de la playa de Tazacorte hasta la Torre del Time (7,2 km y 1.200D+) en el que Ryunosuke Omi (50:43) Ricardo Cherta (51:38) y Abel Carretero (52:39) en hombres y Jessica Pardin (1h01:32) Onditz Iturbe (1h02:36) y Camilla Magliano (1h02:44) en mujeres inauguraron el palmarés de esta edición.
En Los Llanos de Aridane, la feria del corredor iniciaba su andadura calentando motores para el fin de semana, que arrancó el sábado a las seis de la mañana con la siempre espectacular salida de un ultra que mantuvo la lucha entre los tres primeros hasta casi la misma línea de meta de Los Llanos de Aridane, a la que Jonathan Albon llegaba en 7h03:10 tras un ascenso agónico desde Tazacorte en el que no pudo dejar de mirar atrás para controlar a dos inmediatos seguidores, Dmitry Mityaev (7h05:16) y Tom Evans (7h05:17) que entraron prácticamente juntos en meta, en mejores condiciones que un Albon que lo dio todo en el tramo final para no ser atrapado en los últimos metros. Un final memorable para una carrera de 73K. Una prueba trufada de corredores con experiencia previa en otras ediciones, como el ya mencionado Mityaev, Pere Aurell o el mismo Luís Alberto Hernando, un histórico de la prueba que se hizo con una más que digna duodécima posición en 7h41:45.
En mujeres, Ruth Croft se impuso con autoridad estableciendo un nuevo récord en una prueba (8h02:49) que lideró desde los primeros kilómetros, siempre por delante de sus inmediatas seguidoras Ida Nilsson (8h16:32) y Budha Sunmaya (8h20:31).
A la misma hora que se daba la salida de la ultra en el Faro de Fuencaliente, la prueba de maratón partía del refugio del Pilar, en un ambiente húmedo pero cálido, camino de una meta en Tazacorte que vio a Fran Anguita (3h44:25) y a la incombustible Gema Arenas (4h35:01) por delante del resto de hombres y mujeres respectivamente.
Y una hora y media más tarde que la ultra, partía de Fuencaliente una media maratón en la que Dani Osanz llegaba a meta en 2h12:35 sin que, al parecer, la cuarta posición en el KV treinta y seis horas atrás le pasara factura. En mujeres fue Onditz Iturbe (2h38:56) quien se llevó la prueba tras haberse hecho también con una segunda posición en el KV (parece que la fórmula “KV + Media” funciona…)
Un tiempo excelente al principio del día que fue derivando (como siempre) en un auténtico horno en los kilómetros finales de descenso a Tazacorte y, sobre todo, de ascenso a Los Llanos de Aridane, cinco kilómetros finales que, probablemente, están entre los más duros del calendario.
Preguntad si no a quien los haya recorrido…