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Un año más, y ya van veinte, miles de corredores se han visto ante la posibilidad de materializar lo que para muchos es un sueño. Una edición que empezó con una meteorología complicada y que se ha enfrentado a problemas logísticos serios a causa del colapso del túnel del Mont-Blanc, pero en la que se han salvado todos los escollos poniendo un broche de oro a la semana grande del trail
CELEBRACIÓN
Chamonix amanece lloviendo el primer día de la semana del UTMB, sin siquiera la posibilidad de divisar la omnipresente Aiguille du Midi con la cual, años ha, los lugareños determinaban la hora del descanso a mediodía cuando, desde la puerta de la iglesia, el sol se alinea con la cima del monolito rocoso.
Una mañana lluviosa para el momento inaugural, la salida de la PTL, cuyas primeras 36 horas serán un infierno de lluvia, nieve, viento, niebla y todo lo necesario para complicar las cosas. Un “pack” de accesorios del que no se librarán ni la MCC (celebrada también el lunes) ni la TDS, que deberá ver modificado su recorrido en el tramo de Bourg-Saint-Maurice al Cormet du Rosselend, en el que no se pasó por el collado del Passeur du Pralognan, uno de los puntos más bonitos, pero más críticos, del recorrido.
Pero tras un toque de atención meteorológico – por aquello de no olvidar dónde estamos – el resto de la semana conformó el escenario ideal para una edición de aniversario, en la que se festejaron las 20 ediciones del evento. Una celebración muy centrada en los ganadores de las anteriores ediciones con la creación del título “Legend” otorgado a los que alguna vez han entrado en primera posición en la prueba reina, algunos de los cuales conformaron esta vez un equipo que completó el recorrido por relevos: Krissy Moehl (2003, 2009), Karine Herry (2006), Vincent Delebarre (2004), Francesca Canepa (2018), Caroline Chaverot (2016) y Dawa Sherpa (2003).
La semana vio la celebración de las pruebas casi con total normalidad, aunque el colapso del túnel dificultara (y mucho) la movilidad, hasta el punto de tener que retrasar la salida de la TDS – algo que ya sucedió en la edición de 2021 por razone similares – debido a que algunos autocares con corredores quedaron bloqueados en un peaje que provocó en algunos momentos esperas de ¡hasta más de 3 horas!
La causa: el cierre por un desprendimiento del túnel de Fréjus, otro paso importante entre Francia e Italia, lo que desvió a todos los camiones que utilizan habitualmente ese paso hacia el túnel del Mont-Blanc. A veces las carreras no dependen sólo de la montaña…
A pesar de todo, la meteorología mejoró (y mucho) en la segunda mitad de la semana y los problemas del túnel pasaron a formar parte de la cotidianeidad del evento y la vida en Chamonix fue la de siempre, con mucha (muchísima) gente, comercios y restauración al máximo y una feria del trail con más marcas, menos carreras y una tienda oficial UTMB funcionando a pleno rendimiento.
En un año en que se ha limitado todo lo posible la movilidad en vehículo particular, con carreteras cortadas y fuertes limitaciones de aparcamiento, el público, de una forma u otra (desplazándose con tiempo o utilizando la red de autobuses prevista para la ocasión) llegó hasta donde tocaba y (es una percepción) en mayor número que otras veces: las calles de Saint Gervais, el primer avituallamiento importante, estaban atestadas de gente más allá de la zona puntual de siempre, conformando un pasillo de espectadores prestos a animar a quien pasara por allí.
Los otros puntos “calientes” de animación fueron Nôtre Dame de la Gorge (tras Les Contamines) el viernes por la noche y el Col de la Forclaz (últimos kilómetros en Suiza) el sábado por la mañana, este último convocado por un perfil de Instagram vinculado al trail con vocación humorística (Les Genoux dans le Gif), donde se organizaron verdaderas fiestas al paso de los corredores, conformando una especie de mini Zegama aunque, todo hay que decirlo, sin el respeto por el corredor que se vive en Euskal Herria: sobre todo en el Col de la Forclaz – y principalmente al paso de Courtney Daulwalter – la cosa se les fue de las manos…
Más allá de todo esto, y sin restar importancia al resto de carreras, la noticia de la edición fue, por fin, la victoria de un corredor estadounidense en el UTMB: Jim Walmsley, después de unos años detrás de su objetivo, consiguió plantarse en meta con otro compatriota, Zach Miller, por detrás. Un objetivo que a los hombres estadounidenses les ha costado muchos años conseguir y que las mujeres estadounidenses consiguieron ya en la primera edición con la victoria de Krissy Moehl y, además, han repetido en otras ocasiones (Rory Bossio y Courtney Daulwalter).
Una edición en la que los dos primeros clasificados marcaron un Sub20 para el que hay que considerar el cambio de recorrido entre Vallorcine y La Flégère, que este año no pasaba por la Tête aux Vents y seguía un sendero más cómodo y rápido, a pesar de que, según la organización, distancia y desnivel se mantenían. Walmsley mejoró en 11m47s el tiempo de Jornet del año pasado (19h37:43 contra 19h49:30), que es, aproximadamente la mejora de tiempo en el tramo modificado (Jornet 1h39 / Walmsley 1h28) habiendo salido los dos con 2 minutos de diferencia de Vallorcine (Kilian salió a las 11:32AM y Walmsley a las 11:30 AM), con lo cual, sin quedar claro si el americano mejoró el tiempo de Jornet, si que se puede considerar que cuanto menos lo igualó y que, de forma evidente hablamos de un Sub20. No es así en el caso de Miller.
Una edición en la que las bajas “ilustres” se fueron sucediendo una tras otra dejando fuera de combate nombres como Capell, Gamito, Heras, Domínguez, Carretero… Pero con la buena noticia, para compensar, de una excelente quinta posición a manos de Maite Maiora, en una carrera femenina totalmente eclipsada por un fenómeno, Courtney Daulwalter, que más allá de sus indudables capacidades deportivas, posee un carisma que nos obliga a remontarnos a la era Krupicka para recordar algo parecido.
En cuanto al resto de carreras, la semana da para mucho. Los primeros en meta de la PTL lo hicieron cuando estaba ya todo preparado para la salida del UTMB: público, corredores populares, organización, periodistas… con lo que vivieron la llegada de su vida, un momento que probablemente no repetirán jamás y que sólo Tòfol Castanyer ha podido vivir en su victoria en la CCC de 2012 en la que entró en meta dándose el que probablemente es el mayor baño de multitudes de la historia del trail (¡Ahí estaban hasta los élites preparados!).
A los de la TDS y la MCC les tocó también la sección épica del programa, enfrentando unas condiciones muy duras durante casi todo el recorrido, con frío del de verdad, más difícil de soportar si cabe teniendo en cuenta que veníamos de semanas con temperaturas anormalmente disparadas. Una TDS que vio al ciclista canadiense afincado en Girona Christian Meier y a Maryline Nakache en las primeras posiciones.
La OCC sigue afianzándose como la “prueba de velocidad” de la semana, a pesar de sus 55 kms y 3.500 D+ los tiempos de los ¡diez! primeros corredores están por debajo de las cinco horas… en una carrera que vio al intocable Stian Angermund imponerse al resto de participantes y en la que hay que destacar el inteligente carrerón de Antonio Martínez que lo llevó a una excelente tercera posición. En mujeres, Toni McCann se impuso con autoridad al resto de contendientes inaugurando un podio por debajo de las 5h30 en los tres primeros puestos.
Por lo que respecta a la CCC, una jornada cómoda y fluida llevó hasta la meta a Jonathan Albon (hombres) y a Yngvild Kaspersen (mujeres), pero más allá de resultados deportivos (más abajo tenéis las clasificaciones) la semana dio, como siempre, para mucho, alegrías, decepciones, carreras para los más jóvenes, peticiones de matrimonio (un clásico) y, sobre todo, un esfuerzo aún más monumental si cabe, para una difusión digna de una gran cadena televisiva, con emisiones en francés, inglés, castellano, catalán, chino… en un despliegue de medios que, de edición en edición, es cada vez más impresionante y que, según datos de la organización ha dado como fruto unos números de audiencia totalmente espectaculares, con casi cincuenta y dos millones de visualizaciones y un millón de seguidores en las redes sociales del evento.
Sin lugar a dudas, guste o no el tipo de evento, UTMB es el momento culminante del trail running en el calendario si nos atenemos a su espectacularidad, su nivel organizativo, sus dimensiones y su aceptación entre el corredor popular, que sigue copando las inscripciones año tras año con una participación con presencia mayoritaria de corredores franceses (808, lógico por otro lado) en la que España sigue manteniendo la segunda posición en inscritos por país (260) – una posición que se mantiene si consideramos el global de las carreras – ya de lejos, en UTMB, sigue Japón (177) que, curiosamente supera a Italia (176) en un corredor, aunque si consideramos una vez más el global de las carreras la tercera posición vuelve a Italia en una carrera, el UTMB, en la que se sigue recibiendo hasta al último corredor (aún fuera de tiempo) con un verdadero baño de multitudes.
Si no vais a llegar en primera posición, un consejo: ¡Llegad en último lugar!
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