Todo arranca con la difusión de un correo firmado por Kilian Jornet y Zach Miller que, enviado a una serie de “corredores élite”, se hace público en el perfil de Facebook del entrenador británico Martin Cox y que, sin confirmación oficial de ningún tipo y dado su contenido, provoca que las primeras reacciones apunten a la posibilidad de una noticia falsa, opción que queda posteriormente desmentida: el correo es auténtico.
CRÓNICA DE UN DESENCUENTRO
En dicho correo, Jornet y Miller proponen a un centenar de corredores de élite – la lista de destinatarios completa no ha trascendido – no acudir a la edición 2024 del UTMB y buscar otra alternativa (otro evento) en la que batirse dado que, aunque reconociendo que el mundo del trail le debe mucho a UTMB, no les parece correcta la línea que la organización, junto a Ironman Group, ha seguido estos últimos años, sobre todo a raíz de la creación del circuito “by UTMB” y del sistema de obtención de puntos – las famosas “Running Stones” – para acceder a las finales en Chamonix, entendiendo que no tienen ningún inconveniente en que UTMB Group como empresa gane dinero, pero que, más que pensar en su beneficio, deberían pensar en qué pueden hacer para mejorar el deporte. Sin plantear puntos en concreto, proponen reunirse con la organización para contrastar opiniones, pero planteando antes la posible ausencia de atletas de élite en la próxima edición, insistiendo al final en que no se trata de una acción contra UTMB Group o Ironman Group (¿).
Aunque el término “boicot” no aparece en el mail, está claro que es una propuesta de bloqueo en toda regla y así se interpreta en la práctica totalidad de medios que lo publican.
A los pocos días, de una reunión entre los responsables de UTMB Group, Kilian Jornet, Zach Miller y Francesco Puppi salen cuatro comunicados diferentes.
Por su parte, UTMB Group publica un comunicado oficial de los organizadores de la prueba en el que, en primer lugar, se afirma que Jornet y Miller quieren aclarar que el citado mail no pretendía atacar a UTMB, que no era un correo con pretensión de ser divulgado públicamente, que el correo no llama al boicot y loan su contribución histórica al mundo del trail, al tiempo que aclaran que la PTRA (Pro Trail Runners Association) no tiene nada que ver con todo esto. A continuación, sigue una explicación sobre el funcionamiento del circuito “by UTMB” a nivel organizativo – que en 2024 se estabilizará con 41 carreras – y que funciona en base a carreras bajo licencia (franquicias), carreras gestionadas directamente por UTMB Group y carreras gestionadas por Ironman Group, comentando a continuación, en cuanto a las normas de acceso a las UTMB World Series, que los atletas señalan que “algunas normas aún no eran lo suficientemente claras para algunos de los corredores de élite y que es necesario explicarlas mejor”, del mismo modo que consideran que “las comunicaciones entre el UTMB y la comunidad del trail running carecen de transparencia”. El comunicado acaba con el clásico “tomamos nota de sus comentarios” y un breve resumen sobre la estructura de la organización.
En su comunicado Jornet empieza loando la labor histórica de UTMB Group para luego mencionar su “controvertida política de adquisición de carreras” y, según él, su falta de atención a “temas importantes como el impacto medioambiental o la accesibilidad”, al tiempo que señala que, según UTMB Group, esos problemas se deben a desinformación y malentendidos. Finaliza justificando en cierta manera su acción dada su posición privilegiada y su voluntad de mejorar el mundo del trail running.
Zach Miller, en una línea parecida a la de Jornet, comenta los motivos del mail (sin concreciones) y menciona que, tras la reunión en que cada uno expuso sus puntos de vista, el siguiente paso es la acción y, por tanto, el cambio (sin especificar de qué…), agradeciendo el primer paso que ha representado esta toma de contacto entre las partes.
Por parte de la PTRA, en un comunicado oficial se clarifica que el mail es una iniciativa personal de Jornet y Miller que “ha generado muchos malentendidos y ha sido innecesariamente dramatizado” y sugiere a los atletas de élite a recurrir a la PTRA para expresar sus dudas y quejas para trabajar juntos en las posibles soluciones.
Es obvio que cada uno puede plantear sus quejas en lo que sea, pero si realmente se quiere llegar a algún tipo de conclusión, es importante dejar muy claros los puntos a tratar y en este caso las vaguedades están a la orden del día: en ningún momento queda claro cuáles son exactamente los puntos de fricción. Además, esa vaguedad da pie a sospechas y susceptibilidades – ciertas o no – vinculadas a, por ejemplo, el nacimiento de un nuevo circuito mundial con dos carreras auspiciadas por el patrocinador de Zach Miller. Probablemente, si las razones fueran claras, esta posibilidad quedaría descartada.
A partir de aquí, se utilizan términos como “comunidad del trail running” con el que un grupo de corredores de élite se arrogan la representatividad de todo un colectivo al que, en realidad, no representan ni tienen porqué representar, sus legítimas necesidades y puntos de vista no tienen nada que ver con las del corredor popular. No olvidemos que, aunque se trata de un ecosistema del que todos formamos parte y en el que todos nos necesitamos, las carreras – en esencia – siguen existiendo gracias a la presencia del corredor popular.
No deja de ser curioso también que, habiéndose creado la PTRA no hace ni un año a iniciativa del propio Jornet, el correo haya sido enviado totalmente al margen de esa asociación, nacida justamente para representar a los corredores de élite y a la que, según se desprende de su comunicado, no le parece la mejor opción que sus propios afiliados la puenteen.
Así mismo, la política de crecimiento de UTMB – a pesar de ser legítima – ha hecho que muchos hayan visto en ella una especie de monstruo fagocitador de eventos, cuya intención es crear un monopolio, algo absurdo desde el momento en que en el calendario de carreras (sea mundial o de cualquier país) las carreras “by UTMB” representan un porcentaje ínfimo: ahora mismo hay dos en territorio español (Aran y Tenerife) contra, literalmente, centenares de carreras a lo largo del año. Cualquier corredor puede decidir no ir a una prueba, pero tal vez un profesional no pueda decidir dado que su presencia en un evento de ciertas características forma parte de su trabajo, con lo cual esa “no asistencia” tal vez no sea muy realista.
Sin tener muy claro cuáles son exactamente los motivos de queja de los corredores de élite -una vez han conseguido premios en metálico – lo que parece ser un punto importante de fricción es el sistema de puntuación para acceder a las finales en Chamonix, porque se ven obligados a correr alguna de las carreras “by UTMB”, algo normal en cualquier circuito de cualquier deporte: la profesionalización suele conllevar obligaciones y, hasta que no se demuestre lo contrario, a cualquier marca le interesará que sus atletas estén en Chamonix y, si los de una marca no van, pues irán las de otra y aprovecharán el tirón porque eso es lo que una marca busca y encuentra, actualmente, en el UTMB: difusión. Y ese es el trabajo de los élites.