27-04-2024

SALUD: PINZAMIENTO DE CADERA

Te vamos a explicar lo que se denomina pinzamiento de cadera o pinzamiento femoroacetabular, las claves del por qué alguno de vosotros tenéis ese dolor inguinal al correr.

¿En qué consiste exactamente este pinzamiento, choque o FAI (del acrónimo inglés “femoroacetabular impingement”)?. Como su nombre indica se produce una fricción en la articulación de la cadera, sobre todo en movimiento de flexión, que origina un dolor inguinal profundo en la cadera que progresivamente va lesionando algunas estructuras y al final acaba produciendo dolor incluso con actividades que no implican la flexión de cadera.

Anatomía:

La articulación de la cadera está formada por la cabeza del fémur y el acetábulo de la pelvis. La cabeza del fémur está cubierta por cartílago hialino que brinda soporte elástico a diferentes estructuras, entre ellas a las superficies de las articulaciones. El acetábulo es la parte cóncava o cavidad de la articulación; esta tiene un anillo de fibrocartílago llamado labrum que mejora la estabilidad de la articulación de la cadera.

Lo que se va produciendo exactamente de forma progresiva es una lesión del labrum por fricción con el cuello de la cabeza del fémur. El labrum es una especie de menisco que está situado rodeando el borde del acetábulo a modo de junta para la articulación y que con la fricción se va lesionando.

Técnica de bombeo coxofemoral.

El choque femoroacetabular se asocia a ciertas variaciones en la morfología de la articulación de la cadera que nos predisponen a sufrirlo y podemos diferenciar dos grandes tipos, o las dos morfologías más habituales:

  • Tipo CAM: Morfología que se describe como un aplanamiento del cuello de la cabeza del fémur y es la más común en la morfología del hombre.
  • Tipo pinza: Morfología que se describe como la sobre cobertura de la cabeza del fémur por el acetábulo en la que el borde acetabular se extiende más allá de sus límites normales.

Se estima que más del 80% de los pacientes que sufren este síndrome tienen una morfología mixta de estos dos tipos. Ambos tipos de morfologías pueden provocar daños en el cartílago articular y en el labrum debido al pinzamiento entre el borde acetabular y la cabeza del fémur durante el movimiento causando así los síntomas del síndrome FAI.

En ocasiones es por un exceso de actividad deportiva, por un gesto muy repetitivo, pero a menudo también hay una anatomía predisponente. No se trata de una anatomía patológica, es simplemente que una actividad concreta asociada a una anatomía más propensa a que haya esa fricción puede acabar produciendo el dolor y finalmente la lesión. La mayoría de los casos no es muy limitante, pero hay algunos que sí, sobre todo en los pacientes más jóvenes y activos.

Además, hay otros factores fuera de la morfología de la cadera que pueden estar involucrados en este choque femoroacetabular. La debilidad entre los músculos profundos de la cadera no solo podría comprometer la estabilidad de esta, sino que también puede provocar una sobrecarga de los movimientos secundarios de cadera, causando así un aumento de la carga articular.

Movilización general de la cadera.

Síntomas:

El síntoma más característico, suele ser un dolor inguinal profundo, però piensa que hay otros procesos que producen dolores similares como la típica tendinopatía de pubis del futbolista (osteopatía de pubis) o haber tenido de forma aguda un arrancamiento del tendón del recto anterior. Son muchas las estructuras en la vecindad que pueden confundirnos en el diagnóstico. Por lo tanto, es muy aconsejable acudir a un especialista ya sea un traumatólogo, un especialista en cirugía del deporte o incluso a un especialista en cadera del adulto joven, que sólo se dedican a patologías de cadera y por tanto van a afinar mucho más en el diagnóstico.

Como decíamos el síntoma más habitual es un dolor inguinal profundo tipo pinchazo con los movimientos de flexión y aducción de la cadera, o simplemente la acción de ponerse de cuclillas agachándose con una flexión profunda de rodillas. Otras veces el paciente va a referir también un dolor en la parte trasera, un dolor en forma de C en todo el lateral de la cadera, debido a que el choque puede darse en la zona posterior de la articulación. Pero en todos los casos el dolor es muy característico del pinzamiento femoroacetabular.

Diagnóstico

El diagnóstico definitivo se realiza por un importante examen físico que reconocerá ese movimiento de flexión, aducción y rotación interna del fémur, este se denomina test de FADIR. Consiste básicamente en reproducir el mecanismo de pinzamiento para así reproducir el dolor de cadera. Curiosamente, el test de FADIR tiene una doble utilidad ya que nos sirve tanto para detectar un choque femoroacetabular, como para detectar un síndrome piramidal o piriforme. Si el dolor se reproduce en la zona delantera de la cadera hacia la ingle, el dolor pondría en evidencia la existencia de un posible choque femoroacetabular, si por el contrario el dolor aparece por detrás de la nalga o la parte posterior de la pierna estaríamos ante un posible síndrome del piramidal o compresión del nervio ciático.

Hay que tomar los resultados del test de FADIR sólo como un primer indicador, ya que un déficit de flexión de cadera, la alta exigencia de entrenamiento o simplemente el hecho de ser un hombre, son factores importantes que pueden dar un test positivo.

Nunca debemos basarnos únicamente en el resultado de un test, necesitaremos una prueba diagnóstica de imagen.  Es la historia clínica, apoyada con estas pruebas complementarias, la que nos ayudará a confirmar la sospecha de un choque femoroacetabular. Una radiografía nos va a mostrar las anomalías anatómicas, como el aumento del cuello del fémur o un acetábulo cerrado, que favorecen el pinzamiento con el movimiento de la articulación de la cadera o la posible artrosis incipiente de la zona. Otras técnicas, como la resonancia nuclear magnética, la artroresonancia o el TAC, nos mostrarán más claramente el posible pinzamiento, la desestructuración del labrum, tan característico de esta lesión.

Esto nos ayudará a tomar una buena decisión en cuanto al tratamiento a seguir.

Estiramiento cadena anterior.

Tratamiento

De inicio en la mayoría de los casos de pinzamiento femoroacetabular el tratamiento es conservador, hay que estudiar si el paciente mejora modificando la técnica de carrera o bien cambiando un poco determinados hábitos con reeducación postural. Ayuda también un buen estudio de la pisada para descartar dismetrías de cadera que nos influye en los apoyos que realizamos en carrera.

La fisioterapia, la tonificación de la musculatura que estabiliza la cadera pueden ser muy eficaces. El tratamiento actual de fisioterapia se ha alejado del estiramiento y el rango de movimiento pasivo que se realizaba años atrás, a favor del tratamiento de fortalecimiento de los músculos flexores de la cadera, los músculos glúteos y los abdominales. La educación del paciente es fundamental para curar el cuadro, sobre cómo deberá modificar la actividad para evitar rangos de movimiento o posiciones extremas que provocan los síntomas.

Las inyecciones intraarticulares son formas más invasivas del tratamiento conservador. Se administran corticosteroides o inyecciones de ácido hialurónico en el espacio de la articulación de la cadera para ayudar a aliviar el dolor y lubricar la zona articular. Sin embargo, los beneficios terapéuticos de las inyecciones intraarticulares relacionadas con los resultados a corto y largo plazo continúan siendo investigados, por lo que generan mucha controversia en cuanto a su utilización.

En los casos complejos donde el dolor no cede y el paciente está limitado para la actividad, son los casos en que se recomienda el tratamiento quirúrgico que tiene muy buenos resultados cuando el diagnóstico está bien hecho. Son técnicas artroscópicas muy avanzadas de reinserción del labrum, fresado del acetábulo o torneado del cuello del fémur, consiguiendo eliminar el pinzamiento de la articulación.  Estas técnicas no están indicadas en casos que presenten componentes artrósicos o labrums muy deteriorados, es muy importante la edad del atleta, no acostumbran a indicarse en edades que el componente artrósico está avanzado.

Por supuesto, no debemos olvidar la importancia del manejo interdisciplinar de la patología, el trabajo fisioterapeuta-médico debe ir en la misma línea de trabajo en pos de la mejora del paciente.

Circunducciones de cadera.

Conclusiones

Aunque no es una lesión típica ni particular del corredor habitual, los gestos propios de la práctica del running pueden acrecentar los síntomas y el dolor, y consecuentemente acelerar los procesos artrósicos de la articulación de la cadera provocando que el paciente termine pasando por quirófano antes de cumplir los 50 años.

La técnica al correr es fundamental para prevenir lesiones sobre todo en la cadera. Si nos detenemos a observar, hay muchos corredores que deberían tener presente su morfología musculoesquelética, las zapatillas que emplean, el tipo de pisada o su técnica. Para correr no solo vale correr, hay que fortalecer toda la musculatura incluyendo la abdominal y lumbar, la rutina de calentamiento previo, de estiramientos después, seguir una alimentación adecuada, no olvidarse de la hidratación, tener una pauta adecuada de entrenamiento y emplear el calzado apropiado.

Texto: Equipo Quiro Clinic
Fotografías: Quim Farrero

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